Diccionario de la Ciencia y de la Técnica del Renacimiento
<< Volver

Variantes: elemento.
( tomado del lat. elemĕntum (Lewis-Short) ).
Familia léxica: elementado, elemental, elementario.

1. sust. m.

1ª datación del corpus: Fernández de Enciso, Suma de Geographía, 1530.
Marca diatécnica: Fil. Nat.

Definición:

En la filosofía griega, cada uno de los cuatro principios que componen el universo: tierra, agua, aire y fuego. (DLE).

Sinónimos(s):

esencia prima.

Ejemplo(s):

Ejemplo 1:

Estos elementos son cuerpos simples que se pueden dividir en partes e tomar otras formas, e de aquí se causan e hazen otros cuerpos elementados e alternantes. (Fernández de Enciso, Suma de Geographía, 1530, fol. IIIv).

Ejemplo 2:

E primero se dirá de la esphera elemental, cuya composición es de los quatro elementos de que son formados todo género de criaturas que dezimos compuestos. Estos elementos son cuerpos divisibles. (Falero, Tratado del espera, 1535, fol. 6v).

Ejemplo 3:

Y estas quatro partes se llaman elementos, los quales entre sí mismos unos a otros se alteran, corrompen y engendran. Son estos elementos cuerpos simples, sin composición ni mixtión alguna, los quales no se pueden dividir en partes de diversas formas, pero de la commixtión d'ellos se engendran diversas species de cosas. (Chaves, Sacrobosco, Sphera, 1545, fol. IXr).

Información enciclopédica:

En la cosmología aristotélica, el universo se halla estructurado en dos partes o regiones: la sublunar y la supralunar. La primera, sujeta a cambio y corrupción, alberga los cuerpos terrenales, constituidos por mezclas –conmixtión- de los cuatro elementos (compuestos o mixtos). La segunda, eterna, inmutable e incorruptible, acoge los cuerpos celestiales constituidos por un quinto elemento purísimo denominado quinta esencia. "Para Aristóteles todos los cuerpos estaban formados por cuatro elementos o principios (tierra, agua, aire y fuego), cada uno de los cuales era el resultado de la actualización de dos pares de cualidades (frío, caliente, húmedo, seco) en la materia prima hýlē. Las propiedades de las substancias se explicaban de acuerdo con la mayor o menor presencia de estos elementos en ellas, lo que permitía explicar también diversas transformaciones físicas y químicas. Esta teoría experimentó notables cambios durante los siglos en los que fue empleada por autores en muy diversos contextos" (Antonio García Belmar y José R. Bertomeu Sánchez, Nombrar la materia, 1999, pág. 52).

2. sust. m. pl.

1ª datación del corpus: Girava, Fineo, Geometría práctica, 1553.
Marca diatécnica: Fil.

Definición:

Fundamentos y principios de las ciencias y artes. (DRAE 2001).

Ejemplo(s):

Ejemplo 1:

Theoremas o propositiones llamaremos las sententias que denotan lo que de cada figura bien entendida se alcança y no dexan de parescer algo a preceptos. Assí que, quien parare bien mentes a las propositiones de los elementos de Geometría, las hallará de tal manera differentiadas que, ahunque quiera, no pueda dexar de ver quál es problema, quál theorema, y, a más d’esto, verá un encadenamiento tan grande, que nada se puede probar de lo postrero sin hazer hincapié en lo de antes y no parar hasta los primeros principios, como claramente paresce en los Elementos de Euclides. (Girava, Fineo, Geometría práctica, 1553, pág. 13).


3. sust. m.

1ª datación del corpus: Ufano, Tratado de la Artillería, 1613.
Marca diatécnica: Art.

Definición:

Cada una de las piezas o partes integrantes de una estructura.

Ejemplo(s):

Ejemplo 1:

En pos de este troço, seguirán todas las municiones y aparatos de guerra que tocaren a la mitad de la provisión y conducta de todo el exérçito, assí de puentes, tablones, puntales y otras qualesquier máquinas, como de pólvora, balas y cuerda, çapas, palas, picos, uñas de cabra, almádenas, cuñas de hierro, marraços, hachas de mano y de golpe, sierras, herrerías y carpinterías, cumplidas de maestros y herramientas, con todo el cumplimiento de la maestrança y estado del artillería, y con todas suertes de cordames y clavazón y todo lo demás que deve seguir al traín del artillería, con todos sus elementos y montages. (Ufano, Tratado de la Artillería, 1613, pág. 105).

Ejemplo 2:

Y a los cañones deven seguir todos los montages y elementos que van de respecto con el artillería. (Ufano, Tratado de la Artillería, 1613, pág. 110).

Ejemplo 3:

Que muestra la suerte y manera del conocer los elementos y máchinas del servicio de las pieças de artillería. (Ufano, Tratado de la Artillería, 1613, pág. 314).


quinto ~

1ª datación del corpus: Fernández de Enciso, Suma de Geographía, 1530.
Marca diatécnica: Astr.

Definición:

Éter, sustancia incorruptible de que se compone el mundo celeste.

Sinónimos(s):

quinta esencia1.

Ejemplo(s):

Ejemplo 1:

E después d'estos elementos están los nueve de los de que arriba es dicho. E a esta región de los nueve de los cielos dizen quinta essencia, que es quinto elemento. (Fernández de Enciso, Suma de Geographía, 1530, fol. IIIv).

Ejemplo 2:

La quinta propriedad y excellencia es ser de una immixta substancia, la qual, como a cosa muy excellente, los philósophos llamaron 5 essencia o 5 elemento. (Chaves, Sacrobosco, Sphera, 1545, fol. XVr).

Información enciclopédica:

Aristóteles diferencia con mucho más detalle que Platón la constitución del interior del universo. El universo aristotélico está lleno en su mayor parte por un solo elemento, el éter, que se agrega en un conjunto de caparazones homocéntricos para formar una gigantesca esfera hueca, limitada en su parte exterior por la superficie de la esfera de las estrellas y en la interior por la superficie de la esfera homocéntrica que arrastra al planeta más bajo, la luna. El éter es el elemento celeste, un sólido cristalino, según Aristóteles, aunque este último extremo fue con frecuencia puesto en duda por sus sucesores. A diferencia de las substancias que se conocen sobre la tierra, el éter es puro e inalterable, transparente y sin peso. Los planetas y las estrellas, así como los caparazones esféricos concéntricos, cuya rotación explica los movimientos celestes, están hechos de éter (Thomas S. Kuhn 1985/1957: La revolución copernicana. La astronomía planetaria en el desarrollo del pensamiento occidental. Barcelona: Ariel, 118).



<< Volver