INGENIERÍA Y MAQUINARIA RENACENTISTAS
Cristina Martín Herrero
1. Introducción
En los márgenes científicos e históricos, los acontecimientos ocurridos durante la época renacentista han llevado a considerar a este tiempo como aquel en el que tuvo lugar el nacimiento de la ciencia moderna en España. Sin embargo, son muchos los historiadores que, dentro de lo que se ha denominado la “polémica de la ciencia en España” (Sánchez Ron 1999), opinan, aún a día de hoy, que España no estuvo al mismo nivel que otras naciones en materia científica (Maldonado y García 2002). Este sentimiento de inferioridad, que podría hundir sus raíces en la crítica a la censura clerical española lanzada por Masson (1782, en López Piñero 1979: 21), ya ha sido interpretado como desenfoques de proyección de ideologías opuestas en lo socioeconómico, lo político y lo cultural (López Piñero 2002, López-Ocón 2003), factores a los que pueden añadirse los problemas de comunicación de la ciencia en diversos ámbitos (Salvador Reguant 2003), sobre todo en aquellas circunstancias en las que tenía lugar el atesoramiento del saber científico-técnico por parte del imperio ante los países enemigos (Sánchez Ron 1999).
Respecto al ámbito que nos interesa, la ingeniería hidráulica y la maquinaria, parece que su estudio no tuvo cabida, como tampoco lo tuvo el de otras disciplinas, en las instituciones científico-técnicas surgidas en la España renacentista (Casa de la Contratación de Sevilla, Real Academia Matemática), y eso a pesar de que Herrera recogiera en su Institución, entre los profesionales destinados a ser formados en la Academia, a aquellos vinculados al ejercicio de la materia que nos ocupa (ingenieros, maquinistas, arquitectos, niveladores de aguas y fontaneros) (Herrera 1584: 2v). Se trataría, en este caso, de una cultura científica extraacadémica1, al ser la invención y construcción de máquinas y el diseño y ejecución de obras hidráulicas materias típicamente prácticas, en cuyo seno, además, “se formularon nociones teóricas sobre fenómenos físicos independientes de la filosofía natural académica” (López Piñero 20022: 222).
Sí que eran necesarias, para las ejecuciones hidráulicas, las técnicas de agrimensura y el conocimiento del manejo de los instrumentos necesarios para esta tarea, cuya presentación al alumnado se realizaba por profesores que, por lo que sabemos, en ocasiones trataban de complicar los manuales dedicados a esta materia para así alargar sus labores y ejercicios docentes en su propio beneficio (Keller 1999: 26).
Aunque en los textos científico-técnicos renacentistas podemos hallar referencias a la clasificación de las artes realizada por los antiguos2, que separaba las artes liberales de las mecánicas3 y estas últimas se despreciaban por ser manuales y propias de “esclavos”, lo cierto es que ya desde la Baja Edad Media esta estructura venía sustituyéndose por otra en la que las técnicas recibían una valoración positiva (López Piñero 20022: 227). Sin embargo, es en el Renacimiento cuando el desarrollo del estudio, la práctica, la divulgación y la creación de innovaciones en las distintas disciplinas técnicas permiten un nuevo acercamiento epistemológico a este ámbito de conocimiento.
2. Las principales fuentes del corpus de ingeniería y maquinaria y sus autores
2.1. Los Veinte y un libros de los yngenios y máquinas de Juanelo (a. 1605)
Este códice, conservado en la BNE en los cinco tomos manuscritos comprendidos entre los registros 3372 y 3376, ha suscitado especial interés entre los investigadores de la historia de la tecnología española, por varios motivos: por una parte, constituye un ejemplar único sobre la hidráulica renacentista,
puesto que se trata de la primera Architectura Hydraulica; y así, misteriosa y desconocida, es, sin embargo cabeza de una serie de ellas importantes para la ciencia, las técnicas y los oficios así como para el bienestar de los pueblos. Siguen escribiéndose ahora y continuarán en el futuro (García-Diego 1983: 9).Presente por vez primera en los índices de la Biblioteca Real de los años 1821-1833, este conjunto de libros manuscritos, cuyas hojas miden 21 x 30, un centímetro menos de largo que las tapas, sería encuadernado seguramente en el siglo XIX (García-Diego 1983: 18-19). Aunque existe un informe sobre el códice, redactado por Benito Bails4 en la segunda mitad del siglo XVIII (V. Llaguno 1977), fue en 1964 cuando, a partir del estudio de Ladislao Reti, se abrió una línea de investigación en torno al manuscrito. obra que ha sido y/o está siendo estudiada por un importante número de historiadores de la ciencia, ingenieros y filólogos, como José Antonio García-Diego, Ignacio González Tascón, José Antonio Fernández-Ordoñez, Nicolás García Tapia, Juan Antonio Frago Gracia, Manuel Silva Suárez, José María Izaga Reiner, Carlos Blázquez Herrero y Javier Goicolea. Ha sido la búsqueda de un autor para esta obra lo que ha suscitado este gran interés, propiciado por las especiales características del texto, entre las que destacan sus singulares dibujos, muy diferentes entre sí en cuanto a su calidad técnica, y su discurso variable, en ocasiones claro y en otras farragoso, que incluye a veces algunas deficiencias en materia científico-técnica.
Aunque el caudal de aragonesismos presente en el texto ha llevado a algunos investigadores a concluir que fue un aragonés el autor del texto (V. García Tapia y su tesis sobre Juan de Lastanosa), nos inclinamos, desde la nuestra experiencia parcial y limitada porque el códice pudo consistir en unos apuntes en los que intervinieron otros textos o varios copistas, y que, aunque evidentemente hay un vínculo entre el estos escritos y una zona de Aragón, esto no implica necesariamente la existencia de un único autor de ese origen. En cualquier caso, sí creemos, sumándonos a la mayoría de los investigadores citados, que Los Ventiún Libros de los ingenios y máquinas es una de las obras de ingeniería hidráulica más significativas del Renacimiento, cuyo contenido ofrece una panorámica en la que se aborda importante materia, que incluye desde la construcción de canales, presas, acueductos, puentes, puertos y otras obras de almacenamiento y canalización de aguas, hasta la información necesaria para la ejecución de molinos varios y diversas máquinas hidráulicas destinados a diferentes fines industriales.
2.1.2 Estructura
TOMO I
LIBRO I: De las calidades de las aguas, de sus propiedades y de su generación o nascimientos
LIBRO II: De las experiencias que se an de hazer para hallar agua
LIBRO III: Cómo podremos conoçer la agua ser buena o no
LIBRO IV: De los niveles y sus formas
LIBRO V: De los betunes de diversas maneras, el qual es el quinto libro
TOMO II
LIBRO VI: Del llevar aguas en diversas maneras y de aguaductos
LIBRO VII: Para llevar aguas que passen unas por debaxo de otras
LIBRO VIII: De las differencias que ay en el llevar de las fuentes
LIBRO IX: Que tracta de diversos modos de azutes (o presas de ríos)
LIBRO X: De las cisternas y algives, cómo se hagan en diversas maneras
TOMO III
LIBRO XI: Trata de diversas maneras de molinos
LIBRO XII: (Este libro no lleva epígrafe. Apuntamos, sin embargo, que el libro trata de diversos modos de cerner la harina)
LIBRO XIII: Libro de los molinos batanes y de azeite, y de diversos géneros de artificios de la misma calidad, para sacar aguas, para hazer alumbres y salitres, y lavar lanas y paños
TOMO IV
LIBRO XIV: Libro de las barcas que sirven en lugar de puente para passar los ríos y de puentes
LIBRO XV: De puentes de sólo madera
LIBRO XVI: De las maderas y de piedras, y cómo ellas se cortan, y cómo se arrancan las piedras, y cómo se haze la calçina y el yeso y ladrillos de diversas maneras
LIBRO XVII: Capítulo de las piedras en universal, y en qué tiempo se deben arrancar en la cantera, y en qué sazón y tiempo se deven poner en obra, y quáles son más fáciles de quebrar y quáles son más durables en la obra
LIBRO XVIII: De cómo se an de hazer las pilas de las puentes de piedra en diversas maneras
LIBRO XIX: Libro de edifficios de mar y cómo se an de hazer y acomodar en diversas maneras
LIBRO XX: De hazer deffensas a puertos para que armadas no puedan entrar
LIBRO XXI: El qual trata de divisiones de aguas, ansí de islas como de otras cosas de agua, y de relojes de agua
2.2 Jacques Besson y Theatrum instrumentorum (1602)
No es mucho lo que conocemos sobre el científico y profesor de matemáticas Jacques Besson, quien estuvo al servicio del rey Francisco II. Creemos que nació a principios del siglo XVI en Grenoble (Francia) y falleció hacia 1573 en Inglaterra, donde huyó, parece ser, por motivos religiosos (López García 2006: 8).
En general, sus obras pertenecen al ámbito de las matemáticas y de la física, y tratan temas como el cosmolabio5 y otros inventos (Le cosmolabe, ou instrument universal concernant toutes observationes…, publicada en 1572), el cosmógrafo (Le Cosmographe, instrument adjoint…, en 1561) o el compás de Euclides (Description et usaige du compas Euclidien, aparecida, como el Theatrum instrumentorum, en París en 1572).
Son varias las ediciones e impresiones, en distintas lenguas, que existen de la obra de Besson. Además de la que se considera la primera de ellas, Theatrum instrumentorum et machinarum Jacobus Bessonus excogitavit liber primus, publicada en latín hacia 1570, encontramos traducciones al francés que incluían comentarios y adiciones (Lyon en 1578 y 1582 y Ginebra en 1584), al alemán (Nuremberg, 1585) o la versión en castellano que aquí nos ocupa, impresa en Lyon en 1602 por Horacio Cardon.
Conocemos, por obra del Profesor Keller, que la publicación de Besson “animó a otros ingenieros al servicio de Francia, como por ejemplo Agostino Ramelli, Jean Errard y Joseph Boillot a publicar sus nuevas ideas, (casi siempre ingeniosas aunque no necesariamente prácticas)” (Keller 1999: 38). Ramelli era ingeniero de Enrique III, su libro se publicó en París en 1588 y además había elaborado un manuscrito sobre su sistema de agrimensura que no llegó a ver la luz. Otro de los ingenieros que logró que varias de sus obras se publicaran fue Errard, quien publicó varios libros sobre fortificación e ingeniería que, en palabras de Keller, referidas a todas estas obras publicadas en aquel momento histórico, “creaban una sensación de progreso técnico” (Keller 1999: 38).
2.2.1 Estructura
En la obra se ofrecen 60 láminas procedentes de grabados de distintos autores, como Jacques Endrouet du Cerceau y René Boyvin. El texto está dividido, para cada una de las láminas, en tres apartados: las “Proposiciones de autor”, en las que se cita la máquina o ingenio que se tratará posteriormente, escritas seguramente por Besson; las “Declaraciones”, en las que se describe la máquina, sus piezas y sus instrucciones de uso, redactadas, según estos investigadores, por Francisco Beroaldo; y las “Adiciones” o aclaraciones acerca de los problemas que pudieran surgir con el manejo de las máquinas, que son, probablemente, de Julio Pascal Siculo.
Entre los instrumentos y máquinas recogidos en las láminas destacan los compases y otros instrumentos geométricos, los tornos, las máquinas destinadas a usos variados como cortar madera, avivar fuegos o mover el martillo de un yunque, los distintos tipos de transporte, los mecanismos para almacenar y dosificar líquidos, las máquinas utilizadas para el dragado de los puertos, la cimentación de puentes o la carga y descarga de barcos, los molinos para prensar paños o moler harina, la rueda hidráulica, los instrumentos musicales, los ingenios para sacar agua de los pozos o subir el agua y las prensas para distintos materiales, como la uva, el paño o la estampación.
2.3 Las Notas de Francisco Lobato (a. 1585)
No es mucho lo que conocemos sobre Francisco Lobato del Canto, pues prácticamente todos los datos que manejamos acerca de su figura provienen del códice, manuscrito por él, recogido en el reverso, originalmente en blanco, de una serie de mapas presentes en un ejemplar de la Geografía de Ptolomeo editado en Roma en 1508. Este volumen ptolemaico, que incluye comentarios en latín de Marco Beneventano y Juan Cotta, así como el texto del amanuense contenido en algunos de sus vacíos, es propiedad de D. Mariano G. García-Cañas y se halla en Valladolid en buen estado de conservación.
Son treinta y siete páginas, con un tamaño de 250 x 415 mm., las que contienen el legado de Lobato, conformado principalmente por un grupo de textos, hasta cierto punto heterogéneos, en letra bastarda española, y una serie de dibujos ilustrativos de distintas máquinas y piezas, presentes en casi todas las hojas del conjunto. En las páginas, que no están numeradas, el que se declara vecino de Medina del Campo recoge, entre sucesos cotidianos e índices para la historia de Medina, un nutrido grupo de explicaciones sobre el funcionamiento de algunas máquinas, así como las experiencias personales surgidas durante la invención y montaje de estos artificios.
Asimismo, Francisco Lobato del Canto introduce, a lo largo de sus escritos, varias referencias cronológicas de singular importancia, comprendidas entre 1547 y 1585. Entre estas, aparece la datación de la construcción de algunos molinos, como unos cercanos a Medina (1547), un molino de viento en Almagro (1556), y otros molinos construidos por él mismo, como el molino de sangre asentado en el corral de su tío en Medina del Campo (1557) y el molino que él denomina “de agua estancada y de regolfo”, que, de acuerdo con sus notas, fue fabricado en el año 1577, aunque Lobato ya lo había ideado hacia 1559. Es precisamente este año 1577 el tiempo en el que se cree que fue escrita la mayor parte de sus anotaciones (García Tapia 1990: 139). Su ocultamiento en una obra de Ptolomeo pudo deberse, quizás al interés que pudo tener el medinense en que le fuera concedida una patente o cédula de privilegios por sus singulares inventos. A esta conclusión nos ha llevado la abundante presencia, en sus propios escritos, de lo que él llama el “molino de Lobato”, y a la defensa que realiza de sus invenciones en el folio 27, pues su uso remplazaría a las pesqueras, permitiendo así la navegabilidad de los ríos, acción cuyas consecuencias serían muy favorables para todo el reino.
2.3.1 Estructura
Las Notas de Francisco Lobato podrían estructurarse, a nuestro juicio, de la siguiente forma:
Fol. 2-7: Índice para las crónicas de Medina del Campo, poesías conmemorativas, romances, sucesos de Medina.
Fol. 9: Conducción de aguas para fuentes
Fol. 11: Pesquera
Fol. 8, fol. 12-14, fol. 16, fol. 18-19, fol. 30-35: Molinos hidráulicos de distintos tipos, explicados en mayor o menor grado, entre ellos el molino de marea (fol. 10) y el de pasaje (fol. 18).
Fol. 15 y fol. 25: Molinos de sangre, uno movido por fuerza humana (fol. 15) y otro por fuerza animal (fol. 25)
Fol. 17: Serie cronológica de molinos
Fol. 20-fol. 24: Molinos de viento
Fol. 26-28: Navegación fluvial y molinos hidráulicos para facilitarla.
Fol. 29: Serie de materiales y cantidades.
Fol. 36: Explicación y serie de piezas de molino.
3. Campos léxicos fundamentales del área
3.1 Personal de los oficios
Es elevado el número de voces que designan personal que, con los oficios a los que se dedicaban y las técnicas que cultivaban, participaban, en mayor o menor medida, de la invención, creación y construcción de ingenios y máquinas. En concreto, encontramos en nuestro corpus los técnicos alarife, aparejador, balancero, edificador, edificante, estampador, impresor, imprimidor, ingeniero, inventor, maquinista, nivelador; y los oficiales aguador, albañil, alfarero, aserrador, batanero, calderero, campanero, cantarero, carretero, cerrajero, empedrador, escudillero, fontanero, frontero, herrador, herrero, jardinero, molinero, obrero, ollero, pilatero, soplador, tornero, vidriero y zahorí. Evidentemente, algunos de estos términos designan oficiales de gran importancia en la panorámica de ingenios y máquinas hallada en nuestro corpus, como molinero; otros, en cambio, son de menor importancia, como calderero o aserrador, pero también están incluidos, pues sin su trabajo no hubiera sido posible la construcción de diferentes máquinas u obras de ingeniería hidráulica.
3.2 Puentes
Uno de los subcampos que contiene mayor número de voces es el de las obras hidráulicas, aunque algunas son de mayor envergadura que otras. En lo que se refiere a puentes, citamos aquí las voces acueducto1, aguaducho2, aguaducto, alcantarilla, carripuente, gallipuente, maripuente y puente levadizo. Contenidas en nuestro glosario, son voces que designan partes o piezas de puentes antepecho, arcada, arco, bulsón, fíbula, ojo, pie, pila,1 pretil, tramada y trampo.
3.3 Otras obras hidráulicas
Voces que designan obras hidráulicas significativas en nuestro corpus son las referentes al depósito o almacenamiento de aguas, como alberca, aliviadero, albañal2, aljibe, azud, cauchil, cisterna, chozola, estanque, pesquera, pesquería,pila2, poza, pozo, presa, vertedero2 y vivero. Pero, sin duda, las que designan obras hidráulicas de mayor envergadura son, en este caso, muelle, mandracho y puerto.
3.4 Conductos y canales
En lo que se refiere a los términos que designan tipos de conductos y canales, señalamos, por ejemplo, acequia, aguacero, aguaducho1, aguilón, albañal, arcaduz, atanor, cafia, camino, canal, canaladura, canalera, cañería, caño2, cañón, castelo, cauce, cequia, chimenea, derramadero, desaguadero, desangradera, desviadero, emisario, encaminamiento, encañado, encañadura, encañamiento, fístula, quinaria, quinario, regadera, regadío, sangradera, sangradero, sangría, senaria, senario, tromba, trompa y tuba. Respecto a las partes o piezas de conductos, hallamos boca, bocal1, codo y nariz.
3.5 Molinos
Por lo que respecta a las máquinas, destaca notablemente en nuestro corpus el molino y en nuestros textos es sinónimo de este término molino el término molienda2. Como máquina más destacada, la tipología molinera presente en nuestro glosario es muy abundante. Encontramos así aceña, anoria1, atahona, molino batán, molino de aceña, molino de agua, molino de balsa, molino de barcas, molino de bestia(s), molino de bomba, molino de canal, molino de cárcavo, molino de contrapesos, molino de cubo, molino de grúa, molino de mano, molino de marea, molino de medio regolfo, molino de regolfo, molino del aceite, molino harinero y tahona.
También son muchas, por tanto, las voces que designan partes o piezas de los molinos, es decir, son merónimos de molino los términos ala, aliviador, anadija, ananilla, aspa2, badil, balsa, botana2, caja, caja farinal, canal, canaleja, canalete, canalón, canalote, capirote, cárcavo, cárcel, carro2, cercillo1, cigüeñal, cigüeñuela, cítola, cubete, contrabalsa, cubo, dado, dedal, entruesga, farinal, grúa2, gruenza, guepejo, hidraula, imprimia, levador, libra, linterna, llave, lobo, majadero, muela, muela baja, nanilla, palahierro, paradera, parahúso, peón, picadura, rangua, rodete, rodezno, rueda, ruello, saetía, saetín, sobarbo, solera, tahona2, témpano, templador, tímpano, tolva, torcedor, torre, vela y voladera.
3.6 Otras máquinas
Pero, además del molino, son bastantes los términos que designan máquinas que encontramos en nuestros textos. Entre estos, señalamos los que se utilizan para levantar pesos, como acrobaticon, anisociclo, balanza1, cabra, cabria, cabrilla, caracol infinido, caracol sin fin, cigüeña , crica, grúa1, escorpión, quelonio1 y trispastos; y consideradas máquinas también en nuestros textos, aunque en muchos casos son parte o piezas de las anteriores, carretillo, carrillo, carrucha, carrucho, garrucha, polea, polija, recamo, tróclea; para elevar el agua, recogemos máquinas como anoria2, azuda, bomba1, caracol2, ceña, clea, cóclea, cóclea de Pitágoras, felos, noria, rueda cerrada, rueda timpanada, tímpano y visinfín; en cuanto a las que se utilizan para mover pesos horizontalmente, indicamos los términos árgana, árgano, cabrestante, carquesio, ergata; hallamos también autómato ‘máquina que se mueve por sí misma’, y, respecto a máquinas para el transporte de cargas, registramos carro1, carromato y carrozo. Destacamos notablemente el término imprenta por designar una de las máquinas más importantes del Renacimiento.
Debido a esta amplitud terminológica del área de la maquinaria, son muchos los merónimos que designan piezas de estas máquinas. En cuanto a tipos de vigas, elementos alargados o sus partes, obtenemos árbol, arista, arrectario, aspa, brazo2, cigoñal, cigüeña, gorrón, junta, manil, mástil, raposo y viga; algunas de estas piezas se utilizan también individualmente como instrumentos o herramientas, como almadeneta, barquín, fuella, mancha, martinete, palanca y palanga; respecto a los recipientes usados en algunas máquinas, hallamos términos como artesa, catino, modiolo y pandero; en lo que se refiere a tipos de canales o conductos de algunas máquinas, los términos cantimplora y chiflón; señalamos caracol, caracola, husillo, huso, porquezuela, puerca2, súcula por designar elementos de agarre o unión de las piezas. Designan piezas importantes en muchas máquinas los términos contrapeso, eje, émbolo, langosta, leva, levador, motor y móvil.
3.7 Instrumentos y herramientas
En cuanto a los instrumentos utilizados en obras de ingeniería, destacan los niveles y por tanto hallamos las voces como corbate, nivel de agua, nivel de borneo, nivel de peso, nivel de tranco y tranco. Otro de los instrumentos utilizados es la balanza y así registramos voces como balanza2, peso de balanzas y peso de cruz; y sus piezas equipondio, pondos y pesa.
Son muchas y variadas las herramientas necesarias para realizar obras de ingeniería y máquinas. Entre los términos seleccionados que designan herramientas, algunas se utilizan para levantar objetos pesados, como alzaprima, manuela, palanca1, palanga1, própalo, uña de cabra y uña de puerco. También citamos los términos barrena, rallo, taladro, tenazante y su sinónimo tenazón; estos dos últimos designan una herramienta para romper objetos de metal.
3.8 Actividades
En relación con las actividades que tienen que ver con la ingeniería y maquinaria, destacan en nuestro corpus todas aquellas necesarias para utilizar obras y máquinas, como afijar y fijar, afirmar y firmar, armar y desarmar, aliviar, soliviar2, empalmar, emparejar, enroscar, envolver, desenvolver, reparar, y todas aquellas que deben realizarse con algún aparato, material o utensilio concreto, como apegar, desapegar, despegar y pegar, clavar, enclavar, desclavar, emboñigar, enclavijar, endentar, engastar, engastonar, envigar, forjar, guindar, herrar, ligar, aserrar y serrar y soldar.
Como acciones que realizan las propias máquinas, hemos extraído mover, pesar, rehenchir, tornear, retornear.
Relacionadas con el agua, obtenemos anegar, conducir, derivar, derramar, desviar, encaminar, detener, divertir, dividir, encauzar, estancar, partir, repartir, regar, rezumar y sangrar; y relacionadas con las cañerías, indicamos los términos betunar, embetunar, embarnizar, encañar, vidriar y zulacar.
En el campo de las tareas que se llevan a cabo en los molinos, señalamos las voces batanar, cedazar, cerner, cribar, majar, moler y remoler; en cuanto a las voces que tienen que ver con obras de ingeniería en general, destacamos arenar, enarenar, empedrar, enladrillar, enrunar, ensolar, excavar, reedificar, revolcar, arrevolver, desarrevolver, revolver, socavar, tajar, volcar, voltar, voltear, volver.
Otros términos que designan actividades fundamentales realizadas con ingenios y máquinas son emprimir, entornear, estampar, imprimir, industriar, inventar, maquinar y tornear. Y dentro de los que designan actividades llevadas a cabo con herramientas, destacamos las voces abarrenar y barrenar, amartillar y martillar, amolar, picar y taladrar.
3.9 Acciones
Respecto a los sustantivos que designan acciones, hemos incluido en nuestro glosario voces como borneadura, borneo, cava1, cegamiento, congelamiento, derramación, derramamiento, despedida, despedimiento, impresión, inmovilidad, invención, inventiva, ligamento, ligamiento, molienda, moto, movimiento, pegadura, reedificación, remolimiento, remolino y soplo.
3.10 Materiales
Son bastantes los materiales necesarios en la elaboración de obras de ingeniería y maquinaria. Dentro de nuestra selección, destacan en número los utilizados en la fabricación de encañamientos. En cuanto a los materiales, registramos un metal, el acero; entre los materiales de origen animal, boñiga, cuera, sangre; designa un material vegetal harina; en cuanto a los forestales, aserradura, pez, serradura y vesque. Respecto a los términos que designan tierras, arena, arenilla, barro, betumen, betún, betún de Babilonia, betún judaico, bitumen, glera, runa.
También recogemos varias voces del campo de la cantería, tipos de piedras como almadeneta, amoladera, amoladura, guija, mampostería, mampuesto, moleta, piedra caracolina, piedra de amolar, piedra molar, piedra moleña, rodado, sillar, sillería, zaborra.
3.11 Cualidades
Es significativo el número de términos que designan cualidades que recogemos. Algunas son abstractas, como las designadas por los términos artificial, artificioso, industrioso, inventivo, maquinador, perito; otras intelectuales, como ingenioso; otras designan habilidades técnicas o manuales, como artificioso; en cuanto a las relacionales, señalamos edificatorio, encaminado e instrumental.Son varias las voces que denominan cualidades resultativas: abalanzado y balanzado, acanalado, acribado, aliviado, amartillado y martillado, arenado y enarenado, aserrado y serrado, cedazado, cernido, cincelado, clavado, enclavado, clavetado, clavijado, enclavijado, desapegadizo, edificado, embalsado, embebido, emboñigado, empalagado, empalmado, empedrado, encañado, endentado, engastado, entorneado, torneado, envuelto, estancado, estanco, excavado, fijado, afijado, firmado, afirmado, gastado, majado, molido, movido, moviente, picado, quiciado, rallado, socavado, tajado, tajante, zulacado.
En cuanto a las que designan contenido, abundancia o parecido, obtenemos los términos acerado, aguanoso, alvidriado1 y vidriado, arenisco, arenoso, barnizado, embarnizado, betuminoso, dentado, dentejado, embetunado, enladrillado, ingenioso. Y por último, denominan cualidades formales los términos acanalado, alamborado, caracolado y encaracolado, ciego, enroscado, gancheado, parejo, voltado y volteado.
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1 Tomamos la expresión cultura científica extraacadémica de López Piñero, 2002, aunque en este caso no para referirnos a las vertientes alquímica o mágico-astrológica que el señala a propósito de esta.
2 V. a este respecto, por ejemplo, República de Platón, Política de Aristóteles o Biblia (Libro I de los Macabeos), así como Plotino o Cicerón.
3 V. acerca de este tema, Granada: 2008, especialmente las páginas 67-69 y Navascués (2008).
4 En este informe, Benito Bails, además de resumir el contenido de los distintos libros que conforman el códice, ofrece algunos datos de estudio interesantes. Por un lado, afirma que la obra está escrita “con muy poco método” y que su estilo es “bárbaro”; por otro lado, menciona que el texto “habla muchísimo de Aragón”. Finalmente, comenta que “el manuscrito parece copia, porque se encuentran diferentes claros que dan a conocer que el copiante dejó lugar para las voces que no supo leer en el original que copiaba” (V. “Informe de Benito Bails sobre el códice de Juanelo Turriano”, en Los ventiún libros de los ingenios y de las máquinas,V. 6, 1996: 25-29).
5 “El cosmolabio es un aparato con dos círculos graduados articulados entre sí que, mediante rótulas y tornillos, pueden adoptar diversas orientaciones. En términos más modernos diríamos que es un teodolito de usos múltiples, superior con mucho a las ballestillas o báculos de Jacob, cuadrantes, círculos y esferas que eran los instrumentos usuales en la época” (Benito Quintana 1971: 40).
6 Instrumento similar al cosmolabio, pero a diferencia de este, en vez de un círculo superior posee una escuadra articulada y graduada (V. Benito Quintana 1971: 42).
7 También sirve para elevar agua.