costra

Definición:

Sinónimos(s):

Ejemplo 1:

De las costras de los techos y la utilidad de ellos. De los géneros de las texas, formas y materia, canales y destiladeros (Loçano, Alberto, Architectura, 1582, pág. 90).

Ejemplo 2:

En el lugar del suelo donde recibe la lluvia que cae de las canales de los texados, conviene poner costra de piedra muy entera y muy maciza, para que no sea viciada y cavada con la continuación continua de las gotas impetuosas. (Loçano, Alberto, Architectura, 1582, pág. 92).

Ejemplo 3:

Hanse de hazer estos terraplenos procurándose que la tierra sea biscosa, tenaz, que se ligue y uña bien y no tenga piedras. Y, para que sea más difcultoso de arruinar y de passar, es muy bueno echar en él, como se fuere haziendo, grama, para que con las raýzes que echare se uña y enrede, de manera que, aunque le ayan batido y quitado la costra de la muralla, se sustente de por sí el terrapleno y no se vaya al foso [...] Es también boníssimo terrapleno de adobes grandes, bien hechos [...] Puédese hazer también haziendo una costra de ladrillo muy delgada, a falta de piedra, y otra más atrás y otra más atrás, y entre medias hinchirlo de guijas muy menudas (si es possible, como almendras, no más, y cal y arena, pastarlo todo y, bien maceado, dexarlo secar una capa. (González de Medina, Examen fortificación, págs. 33-34).

Definición:

Sinónimos(s):

Ejemplo 1:

Mientras se fabrica y mientras la pared está reciente, si la echares la primera arena, será de aý adelante, que la costra que le aplicares o el emblanquimiento sea obra que no se pueda deshazer. (Loçano, Alberto, Architectura, 1582, pág. 75).

Ejemplo 2:

Del untar la pared y también del vestirla con cortezas y costras [...] Conviene vestir esta obra con costra de cal por de fuera y por de dentro, si se antoja, con yesso o con greda blanca. Y para que ésta se apegue más aptamente, mientras se componen, se han de entretexer por las aberturas de las junturas pedaços de texa esparcidamente, que salgan afuera como dientes, para que en ellos la costra se tenga más firmemente. (Loçano, Alberto, Architectura, 1582, pág. 80).

Ejemplo 3:

En el encostrar las paredes, por lo menos tres túnicas de cal. De los officios suyos y materia. Las especies de las costras estendidas y aplicadas, y del aparejar de la cal. (Loçano, Alberto, Architectura, 1582, pág. 179).

Definición:

Ejemplo 1:

Ahora referiré las cosas que de los suelos he collegido con gran cuydado y diligencia de las obras de los antiguos, de las quales confiesso que he más aprendido que no de los escriptores [...]. Y començaré de la más alta costra, aunque el averla que no esté enferma y con hendiduras es muy difficultoso. La costra veo que la pusieron los antiguos o de texa o de piedra, porque he visto texas puestas principalmente donde no se pisan con los pies, anchas azia qualquier cabo por un codo, juntas con cal hecha con azeyte. (Loçano, Alberto, Architectura, 1582, pág. 92).

Ejemplo 2:

La cal sobada con azeyte affirman que no admite cosa dañosa a los suelos. Debajo de la costra veo estar derramada materia de cal y pedacillos de texa quebrada en gruesso de dos o tres dedos. Debajo de ella se halla una como replenadura, en parte de texa quebrada, en parte de pedacillos de piedras que ayan desboronado los officiales con el sincel, y esta casi gruessa por un pie. En otra parte entre la superior y ésta hallo ladrillos de texa estendidos. Finalmente están debajo assentadas piedras no mayores que el puño. (Loçano, Alberto, Architectura, 1582, pág. 92-93).

Ejemplo 3:

Los suelos, quando se hazen, huélganse con humedad y ayre húmedo, y en sombrío y humedo se conservan más firmes y enteros. Y las cosas principalmente dañosas a los suelos son la mala firmeza del suelo y la súbita sequedad; porque, como unas y otras lluvias se espessa la tierra en los campos, assí los suelos, abundantemente humedecidos, se suelan en una soladura y entera. En el lugar del suelo donde recibe la lluvia que cae de las canales de los texados, conviene poner costra de piedra muy entera y muy maciza. (Loçano, Alberto, Architectura, 1582, pág. 93).