untuosidad

Definición:

Ejemplo 1:

El cobre fácilmente se quema, porque su çufre es muy terrestre, seco y no bien mezclado con lo húmido del azogue, tanto, que acontesce en las minas de cobre, llegando un madero a la piedra mineral, encenderle por la grande untuosidad del çufre. (Pérez Vargas, De re metallica, 1568, fol. 27v).

Ejemplo 2:

Assí es que los philósophos dizen que el cobre es un metal caliente y seco, y, al tiempo que se engendra, la substancia suya es algún tanto adusta y quemada, y que fácilmente se enciende, y esto es causa de ser roxo este metal [...]. Los que tratan y conoscen este metal, experimentan, quando le hallan solo y desacompañado, labrándole, que se convierte en escoria y se deshaze fácilmente en el fuego, resolviéndose o tornándose cal. Y llámanle por esta razón metal flaco y terrestre, villano, y aun esto paresce que contradize a la disposición que tiene de ser obediente al artífice para tornearle y hazer d’él lo que quiere. Es cosa que puede estar bien por la untuosidad metálica mineral. (Pérez Vargas, De re metallica, 1568, fols. 34r-34v).

Ejemplo 3:

Amalgamando los dos con el azogue y levantándolo con el fuego, quedan baxos de quilates y frangibles, lo qual resultó de dos sustancias que ay en el azogue, que la una es la sulfuridad y la otra la terrestridad, las quales perturban la untuosidad de los dos, con la qual se haze la dilatación. (Sanctiago, Arte separatoria, 1598, fol. 30v).

Definición:

Sinónimos(s):

Ejemplo 1:

Esto mismo se vee en los esmaltes que hazen los vidrieros y plateros, que todos ellos son hechos de cuerpos calcinados. Y assimesmo se vee esto en las lexías que hazen las mugeres, en aquella untuosidad que saca el agua de la ceniza, con la qual se expele lo excrementoso de la ropa. (Sanctiago, Arte separatoria, 1598, fol. 46v).

Ejemplo 2:

Son todos los betunes huntuosidad o grassa de la tierra, y, aunque algunos piensan que el alcanfor es lágrima o goma de un árbol que se llama capar, de la isla de Zebat, y el ámbar o succino de otra yerba semejante al poleo, con que de ordinario se halla junto, y al otro oloroso le dan principio en la mar de un pez grande de casta de vallenas, por semejanças que entre estas cosas hallan, no repugnan que otras como ellas manen y suden de la tierra y sean betunes, como queda dicho. (Pseudo Juanelo Turriano, Veinte y un libros, ca. 1605, fol. 8v).