Diccionario de la Ciencia y de la Técnica del Renacimiento
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( del lat. vg. *sĭngĕllus, diminutivo de sĭngŭlus ‘uno cada vez’, ‘uno solo’ (DECH) ).
Familia léxica: singular, singularmente.

1. adj. u. t. c. sust.

1ª datación del corpus: Aurel, Arithmética algebrática, 1552.

Definición:

Se dice de aquello que, pudiendo ser doble o estar duplicado, no lo es o no lo está. (DRAE, s. v. simple).

Sinónimos(s):

simple2.

Antónimos(s):

doblado3, doble3.

Ejemplo(s):

Ejemplo 1:

Y quando passan treynta soldados de paga senzilla, passan dos de paga doble [...]. Pongo que una co. de capitanes será un ce. de vanderas, y entre todos los soldados havía dos cce. Agora, para saber quántos eran de paga doble y quántos de paga senzilla, considera la proporción que ay entre ellos. (Aurel, Arithmética algebrática, 1552, fol. 119v).

Ejemplo 2:

De fuera se hagan tres portales: uno para los que salen del patio, los dos en la diestra, en la siniestra espaciosos y con sus estadios; de los quales, uno que mirará al Septentrión será doblado de gran anchura, otro, senzillo, hecho de tal manera, que en las partes que estuvieren cerca de las paredes y las que estuvieren cerca de las columnas, tengan las márgines como caminos no menos que diez pies y el medio cavado. (Urrea, Vitruvio, Architectura, 1582, fol. 73v).

Ejemplo 3:

Tocándose arma de noche, que ha de ser con fundamento, previniendo los oficiales que tienen cuenta del visitar las centinelas a diferentes horas para que estén más advertidas, se retirarán las senzillas a las dobles. (Mendoça, Theórica y práctica, 1596, pág. 87).


2. adj.

1ª datación del corpus: Anónimo, Ordenanças paños, 1527.

Definición:

Dicho de una cosa: Que tiene menos cuerpo que otras de su especie. (DLE).

Antónimos(s):

doble4.

Ejemplo(s):

Ejemplo 1:

E quien quisiere hazer los dichos bonetes e gorras en más perfeción tintos en lana, permito que lo pueda hazer; e, assimismo, que puedan hazer bonetes senzillos de lana de peladas, sin que por ello caygan en pena alguna, con tanto que los unos ni los otros no los puedan melezinar, so la dicha pena. (Anónimo, Ordenanças paños, 1527, fol. Xr.).

Ejemplo 2:

Y, hecho esto, tómese un lienço delgado, un poco mayor que la lámina, y la lámina sea algo mayor que la llaga, y pongan el dicho lienço sencillo encima de la parte, y la lámina sobre él, y si fuere nescessario quitar alguna carne superflua, dégenla estar beynte y quatro horas y se yrá gastando y abaxando las superfluydades de la llaga. (Sanctiago, Arte separatoria, 1598, fol. 144v.).

Ejemplo 3:

Estas tales pieças pueden ser en su formación sençillas o flacas de metal, o reforçadas y ricas. Quando las culebrinas fueren sencillas, por su cámara no será grueso el metal en torno del ánima más de siete octavas partes de su calibre; por los muñones, tres quartas partes del dicho calibre; por el cuello, tres octavas y más; y las demás siguen la proporçión que arriba se a dicho. Porque, aunque sençillas, a la rata de su calidad, irán siempre creçiendo en fuerça mientras más chicas las pieças fueren, a causa del contino tirar con ellas y también porque, no aviendo en las muniçiones balas de hierro, las podrán muy bien tirar de plomo, que pessan tanto y medio más que las de hierro, con tanta pólvora fina quanta pesa la bala de plomo. (Ufano, Tratado de la Artillería, 1613, pág. 22).


3. adj.

1ª datación del corpus: Pérez de Moya, Arithmética práctica, 1562.

Definición:

Dicho de una moneda: Pequeña, respecto de otra del mismo nombre, de más valor. (DLE).

Ejemplo(s):

Ejemplo 1:

Nota que por la misma orden que reduzimos reales de a 34 a maravedís, se reduzirán los reales de a dos, presuponiendo ser senzillos, y lo que viniere por la regla doblallo. Y si el real es de a tres, tresdoblar, y si de a 4, quatrodoblar, y si de a 8, ochodoblar. (Pérez de Moya, Arithmética práctica, 1562, pág. 418).

Ejemplo 2:

También se puede hazer esto como manda la regla de reduzir maravedís a reales senzillos, y la mitad de lo que viniere serán reales de a dos. (Pérez de Moya, Arithmética práctica, 1562, pág. 423).

Ejemplo 3:

Real senzillo: vale 34 maravedís y en algunas partes de España vale 36 maravedís. (Pérez de Moya, Manual de contadores, 1589, fol. 199r).


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