rebatir

Definición:

Ejemplo 1:

Bolviendo al hogar, […] No salga mucho afuera de la pared. Tenga la garganta grande y ancha desde la mano derecha a la izquierda, igual y a plomo, levantada tanto que, con su altura, exceda las cumbres. Y esto por los peligros de los incendios, porque el viento, dando en las laderas de los techos, no devane olas de ayre y retarde y rebata los humos en las salidas. (Loçano, Alberto, Architectura, 1582, pág. 154 ).

Ejemplo 2:

En caso que fuere offendido de los fuegos artiffiçiales, se puede por ençima, quan largo es, tender la armaçón de una xareta de cuerdas muy tirante y tiesa, del modo de aquéllas de los baxeles de guerra, engastando a trechos por çima d’ella algunos cueros crudos de baca con la carnaça afuera y, en cayendo el fuego, con picas y otros ynstrumentos rebatirle y echarle fuera o amatarle. (Ufano, Tratado de la Artillería, 1613, pág. 276).

Ejemplo 3:

Remédiase lo primero con quitar del horno con las muelles algunas brasas, y, lo segundo, con aumentar el fuego haziéndolo de llama con algunos palillos de leña seca, y cerrando, si conviniere, los agujeros por donde respira. Será bien que al recipiente se le pongan unos paños mojados con agua fría, para que se rebatan mejor los espíritus o humos de que está lleno. (Alonso Barba, Arte de los metales, 1640, fol. 107r).

Definición:

Ejemplo 1:

Y para darles alguna dureza es menester apretarles sus poros y partes, a lo qual llaman los artífices rebatir, por no entender los efectos; porque la causa propia es apretar los poros que el fuego avía dilatado y, en siendo apretados, queda el cuerpo con más dureza que tenía estando los poros dilatados. (Sanctiago, Arte separatoria, 1598, libro II, fol. 55v).

Definición:

Ejemplo 1:

Sea la frente del recinto AB, y quiero que tenga desde el punto A al punto B 600 pies, que se entiende esta frente de recinto desde la mitad de la gola del un valuarte hasta la mitad de la gola del otro, de lo qual rebatiré del punto A y del punto B, cada 120 pies, y quedan 360 de cortina franca, como parece en la primera figura que se sigue, guardando en ella el orden del abecedario, porque con él pienso declararme, en el qual se verá a la margen el número de pies que tiene cada miembro de la fortificación. (Rojas, Teórica fortificación, 1598, fol. 37r).

Ejemplo 2:

Para hazer el repartimento en esta plaça en triángulo, se dividirá, como dicho es, en cinco partes la frente del recinto, que en este caso es la AB y tiene de frente 600 pies, que, divididos en cinco partes, caben a cada una a 120. Y éstos se rebatirán de ambos estremos de la frente del recinto para sacar los traveses, como lo muestran AC y CB en la passada figura, dexando la cortina franca, del un través al otro, de 360. (Rojas, Teórica fortificación, 1598, fol. 41r ).

Ejemplo 3:

Y puestas, como dicho es, las cinco estacas notables, se pondrán las demás en esta forma, començando por la frente AB, que, como dicho es, tiene 600 pies de largo, de los quales se rebatirán hazia dentro de cada parte 120 pies, como muestra la AT y la BS, y esto se entiende por cada parte del ángulo, porque es para la gola del valuarte y las casas matas. Y, hecho esto, se hincará otra estaca en el punto T y otra en el punto S, de suerte que quede para cortina franca 360 pies, como muestra TS. (Rojas, Teórica fortificación, 1598, fol. 67v).

Definición:

Sinónimos(s):

Ejemplo 1:

Y en este particular era César vigilantíssimo y cuydadoso, de que sacó mucho fructo y escusó grandes daños a sí y a su gente, especial en lo que refiere de un asalto y repentino acometimiento que los burgueses hizieron, los quales, rebatidos por las buenas guardas y velas que tenía, desesperaron de poderse defender de un capitán tan cuydadoso y se le rindieron y subjetaron. (García de Palacio, Diálogos militares, 1583, fol. 68r-68v).

Ejemplo 2:

Assimesmo, suelen muchas vezes vencer los que al principio yvan casi de vencida y se començavan a rendir por accidentes que las occassiones de la guerra offrescen, en especial quando, aviéndose defendido y rebatido los contrarios, con aver muerto muchos y hécholes otros daños, se suelen animar y atrever a cometer los enemigos de que antes se temían. (García de Palacio, Instrución náuthica, 1587, fol. 126v).