purgado

Definición:

Ejemplo 1:

Pero a las cisternas de bever, para que se dé la agua más purgada, se les pondrá cerca un pozo pequeño rodeado con propria pared suya, puesto en lugar oportuno, con el hondón un poco más que la cisterna. Y tendrá este pozo a un lado suyo ventanillas cerradas con esponja o pómez, para que desde la cisterna a este pozo no pueda entrar la agua, sino dexadas las misturas más gruessas y bien distillada. (Loçano, Alberto, Architectura, 1582, pág. 326).

Ejemplo 2:

La agua que mana o nace de piedra tosca es muy buena y pura, y de muy grande claror, y es muy purgada, y es ordinariamente muy fresca en el verano. (Pseudo Juanelo Turriano, Veinte y un libros, ca. 1605, fol. 41v).

Ejemplo 3:

Y para que el agua esté fresca y limpia, tómase arena del río o de arroyo, que sea algo gruesso, y dévese lavar muy bien. Y después de muy bien lavada, dévese poner en el suelo de la cisterna, y ase de poner hasta dos pies en alto. La qual arena conserva el agua muy fresca y limpia y muy purgada, y de un sabor muy excelente. Y quanto más arena se pondrá, tanto más fresca será el agua y clara. (Pseudo Juanelo Turriano, Veinte y un libros, ca. 1605, fol. 186r).

Definición:

Ejemplo 1:

Ay una especie de hierro, que los griegos llaman estomoma, duro y fuerte, el qual, templado, sirve en las bocas de las herramientas, agora sean martillos, agora sean armas o ynstrumentos cortadores, el qual no es proprio mineral, sino que se haze del proprio hierro muy purgado, y limpio y recozido. (Pérez Vargas, De re metallica, 1568, fol. 101v).

Ejemplo 2:

El metal viejo, que en otras pieças ya de antes havía servido, mucho menos cala que no haze el metal nuevo, por quanto, quantas más vezes qualquier metal será fundido, muy más purgado queda, y más puro, que no el metal nuevo, que una sola vez fue cozido, y, porque más pesase, fue mal cozido y poco afinado. (Collado, Plática Artillería, 1592, fol. 10v).

Ejemplo 3:

Y porque trato del cobre, advierto que si le hizieren traer en barras, hechas con el martillo, vendrá purgado y con poca necessidad de espumarlo, y assí las piezas saldrán más seguras y resistentes (Lechuga, Discurso de la Artillería, 1611, pág. 55).