Diccionario de la Ciencia y de la Técnica del Renacimiento
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Variantes: ovación.
( tomado del lat. ovatĭo, -ōnis 'triunfo menor, que concedían los romanos por una victoria de no mucha consideración' (DECH) ).

1. sust. f.

1ª datación del corpus: Álaba, Perfeto capitán, 1590.
Marca diatécnica: Mil.

Definición:

Ceremonia parecida al triunfo, menos solemne, para conmemorar una victoria no muy trascendente.

Ejemplo(s):

Ejemplo 1:

La otra manera de triunfo, que se llamava ovación, era de menor solenidad y pompa, porque el que triunfava no yva en carro, sino en un cavallo con una corona de mirto y, acompañado de los plebeyos o de los cavalleros, subía al Capitolio, donde se sacrificava cierto número de ovejas, y de aquí tomó nombre de ovación este triunfo. (Álaba, Perfeto capitán, 1590, fol. 147r-147v).

Ejemplo 2:

Sabino Masurio afirma que el que triunfava con triunfo de ovación no yva a cavallo, sino a pie, acompañado de todo el senado. (Álaba, Perfeto capitán, 1590, fol. 147v).

Ejemplo 3:

A esta causa, Lucio Manlio, viniendo de España y pidiendo en el templo de Belona el triunfo al senado, aunque las hazañas que avía hecho lo avían merecido, por no averse acostumbrado a dar, se le negó; y assí, entró en la ciudad no con triunfo, sino con ovación. (Álaba, Perfeto capitán, 1590, fol. 147v-148r).

Información enciclopédica:

Almirante (1869): Ceremonia usada entre los romanos para aplaudir y recompensar al general vencedor, cuando sus victorias no llegaban a merecer los grandes honores del triunfo. En rigor era este mismo menos solemne: el héroe no entraba en carro, sino a pie, y llevaba corona de mirto en vez de laurel. // Moretti (1828): ant. Triunfo de segunda clase que concedía el senado romano, sin necesidad del consentimiento del pueblo, a los generales que habían obtenido ventajas sobre enemigos poco temibles, piratas, etc., y se verificaba con mucho menos aparato que el de primera clase. El vencedor hacía su entrada a pie o a caballo, y nunca en carro triunfal, vestido con la túnica palmata, y un ramo de olivo en la mano. Le precedían los primeros oficiales de su legión y algunos legionarios también con ramos de olivo, seguían los músicos, que sólo podían tocar flautas, y no trompetas ni clarines; y como no reasumía las autoridades del gobierno, no le acompañaban lictores, y sí el senado, los caballeros y los principales del pueblo. Se dirigían al Capitolio, en donde se hacía el sacrificio de algunas ovejas, por ser un animal dócil y tímido; y de ahí es que a este pequeño triunfo se le llamaba ovación.

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