Diccionario de la Ciencia y de la Técnica del Renacimiento
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Variantes: holor, olor.
( del lat. vg. olor, -ōris (lat. cl. odor) 'íd.' (DECH) ).
Familia léxica: odorífero, oler, oloroso.

1. sust. m.

1ª datación del corpus: Pérez Vargas, De re metallica, 1568.
Marca diatécnica: Fil. Nat.,Metal.

Definición:

Emanación de ciertos cuerpos que es percibida por el sentido del olfato (DETEMA).

Ejemplo(s):

Ejemplo 1:

Los olores y vapores de los metales son secos, y por esso aprovechan a los ojos lagrimosos, aunque dañan las entrañas de los que tratan en fundición de minerales si no tienen buen recaudo en las narizes y boca, apercibiéndose de remedios. Aunque las piedras tienen olor y sabor, muy más proprio es de los metales, gomas y lágrimas. (Pérez Vargas, De re metallica, 1568, fols. 25v-26r).

Ejemplo 2:

Las aguas calientes no tienen ninguna propriedad, mas de que el agua fría, yendo corriendo, quando da en algún lugar caliente, hierve, y calentada, sale por las venas fuera de la tierra, y assí no puede permanecer mucho, que en breve espacio no se esfríe, porque si de su naturaleza fuesse cálida, no se quitaría su sabor, pero el sabor y olor y color d’ella no se restituye, por averse dentro mezclado. (Urrea , Vitruvio, Architectura, 1582, fol. 103v).

Ejemplo 3:

No tienen buen olor ni buen sabor, generalmente, los metales por la sulfuriedad que a todos acompaña, aunque el oro huele y sabe bien, por su excelentíssimo temperamento, o, por lo menos, no sabe ni huele mal (Alonso Barba, Arte de los metales, 1640, fol. 21v).


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