invierno

Definición:

Ejemplo 1:

Esso mesmo aquello que parece que no es de creer: que el mayor día del año con su noche sea mayor que el menor día con la suya, seyendo la verdad que el día mayor del estío es algún tanto mayor que el menor día del invierno con su noche. (Nebrija, Tabla días y horas, 1517, fol. IIr).

Ejemplo 2:

Periecos se dizen aquéllos que habitan debaxo de un mesmo meridiano y de un mesmo parallelo, con los quales comunicamos en todas las cosas, porque habitamos en una mesma zona y los tiempos del año tenemos iguales que ellos, que son: invierno, estío, otoño y verano. (Apiano, Cosmographía, 1575, fol. 28v).

Ejemplo 3:

No se han de hazer los ladrillos luego que se sacare la tierra, sino sacarla en el otoño para que se quebrante todo el invierno con las influencias del cielo, y principalmente la greda fuerte, y a la primavera hazer los ladrillos, porque, haziéndose con el frío y yelos que haze, se hienden, y si con el gran calor, por secarse tan de presto la costra de encima, también se hienden. (González de Medina, Examen fortificación, 1599, pág. 133).

Definición:

Antónimos(s):

Ejemplo 1:

Están de invierno en las riberas del Danubio, y de verano se suben a los montes; no hazen mal a ningunos ni quieren que ge lo hagan. (Fernández de Enciso, Suma de Geographía, 1530, fol. XXXVIv).

Ejemplo 2:

Llámase, pues, primeramente la natura del Sol, quando entra en su primera casa del Zodíaco, Aries, figurada por el carnero, el qual fabulosamente los poetas escriven que está los seys meses del año echado sobre el lado yzquierdo, y los otros seys sobre el derecho, por significar que el Sol en los seys meses del invierno, en los quales a catorze de setiembre comiença de entrar cresciendo por el más alto curso del hemisperio de los antípodas, el qual se llama el lado yzquierdo del Sol. (Anónimo, Repertorio tiempos, 1554, fol. XXIIv-XXIIIr).

Ejemplo 3:

Es muy cierta cosa que en el tiempo del verano los podía calentar, mas en el invierno no los calentaría. Lo qual vemos que no son menos calientes estas aguas, que en el açercársenos o apartársenos el sol no mudan punto de su calor, ansí en el invierno que en el verano, del calor que tienen. (Pseudo Juanelo Turriano, Veinte y un libros, ca.1605, fol. 12r-fol. 12v).