Diccionario de la Ciencia y de la Técnica del Renacimiento
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Variantes: humedad, humidad, umedad, umidad.
( del lat. umĭdĭtas, -atis (DECH) ).
Familia léxica: enhumedecer, humedecer, humedecido, húmedo.

1. sust. f.

1ª datación del corpus: Fernández de Enciso, Suma de Geographía, 1530.
Marca diatécnica: Fil. Nat.

Definición:

Según la Filosofía natural, una de las cuatro cualidades de los elementos que componen los cuerpos, que se caracteriza por la presencia de agua.

Sinónimos(s):

húmedo4.

Antónimos(s):

seco3, sequedad.

Ejemplo(s):

Ejemplo 1:

Pero esto has de tener: que dentro de aquel monte ay abundancia de çufre, que es metal de fuego, e como la humidad de lo profundo causa agua e aquella se junta con el çufre e hierve, e como de su hervir se cause ayre, la diversidad d’estos elementos hazen abrir la tierra por do espira e causan aquellas llamas de fuego e aquel roydo. (Fernández de Enciso, Suma de Geographía, 1530, fol. XXXIIIr).

Ejemplo 2:

El azogue, dicho argento vivo, por otro nombre, es un cuerpo de una materia que corre líquida, quasi como el agua, con una blancura resplandesciente, compuesto de la natura de substancia pegajosa y subtil, con abundancia de humidad y frialdad, dispuesto a ser metal, según la opinión de los philósophos y alchimistas, del qual dizen ser simiente y principio de todos los metales. (Pérez Vargas, De re metallica, 1568, fol. 40r).

Ejemplo 3:

Puédese conocer por esta arte separatoria, precissa y determinadamente, los quatro elementos de que está compuesta qualquier cosa y sus calidades: calor y sequedad, humedad y frialdad, y qué tanto ay en él de cada una d’éstas. (Sanctiago, Arte separatoria, 1598, fol. 41v).

Información enciclopédica:

“Empédocles, en el siglo V a. de C., expuso que la base de todas las sustancias era la materia prima, que solo podía pasar a una existencia real al ser dotada de "forma", palabra que engloba todas las propiedades específicas de un cuerpo. En su manifestación más sencilla la "forma" daba paso a cuatro "elementos": fuego, aire, agua y tierra. La diferencia entre ellos venía dada por sus cualidades: caliente, frío, humedad y sequedad. Cada elemento poseía dos de ellas, [...] las cuatro posibles combinaciones de ellas en pares eran: caliente y seco asignada al fuego; caliente y húmedo, asignada al aire; frío y húmedo, asignada al agua; frío y seco, asignada a la tierra. Esta teoría de la materia, perdida para la cristiandad durante la Alta Edad Media, fue recogida por los árabes, impulsada por San Alberto Magno y readecuada por los alquimistas, llegó a España, de donde pasó a otros países de Europa, para transmitirse posteriormente a América, donde ayudó a la interpretación del proceso de amalgamación” (Castillo Martos M., 1992, “Bartolomé de Medina: Metalurgista sevillano del siglo XVI. Introductor de un método de amalgamación en Nueva España (II)”, en Químicos del Sur, 32, pág. 34).

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