ensebado

Definición:

Ejemplo 1:

Los fundamentos que hizieres, penetren toda la tierra que se mostrare movediza, e si el lugar no fuere assaz sólido, o por ventura fuere cenagoso y de mala disposición para confiar tus cimientos en él, puédesle afirmar y reparar fincando en él muchas estacas de robre o de olivo [...] Y para las meter, déveslas herir con un gruesso troço que desciende por entre dos vigas, mediante sus canales bien ensevadas. (Sagredo, Medidas Romano, 1526, pág. 72).

Ejemplo 2:

Y si con esto no se descubriere el pelotaço, se podrá hechar a la vanda el artillería, caxas y cosas pessadas hasta hallarle, y cubrille y calafatearle y hecharle encima una plancha de plomo aforrada en lienço. Y si no uviere plomo, de cuero; y, si no, con ocho o diez lienços bien ensevados se podrá navegar o volver a pelear si conviniere. (García de Palacio, Instrución náuthica, 1587, fol. 126r).

Ejemplo 3:

Y si le paresciesse que será muy difficultoso assentar las tablas encima de la cóclea A, podrá tomar un cuero de vaca muy bien ensevado y irle assentando por encima. (Pseudo Juanelo Turriano, Veinte y un libros, ca. 1605, fol. 365r).

Definición:

Ejemplo 1:

Cargado un arcabuz de su carga ordinaria, con pólvora y bala, se le ha de poner un taco de algún ensevado, algo grandezillo, de manera que entre muy justo […]; y después se hará una massa de la misma pólvora con agua ardiente o buen vino blanco, y esta, metida en un cañuto de hasta dos dedos de largor, se meterá en un ensevado, del qual han de yr faxando o embolviendo hasta que tome y tenga el gruesso de la munición del arcabuz. (García de Palacio, Diálogos militares, 1583, fol. 106r).

Ejemplo 2:

También se hará buena orden, […] tomando tres pelotas de pistolete y estas rebolverlas en un ensevado o, no teniéndole a mano, en un cohete de papel y, metidas sobre la carga de pólvora, se apretará medianamente y, sobre ellas, la pelota ordinaria tirarse ha con esto certeramente. También, para hazer buenos y ciertos tiros con perdigones ordinarios, se podrán hazer tres ensevadillos como el de arriba, echando tres o cinco perdigones en cada uno y, sobre ellos, su pelota. (García de Palacio, Diálogos militares, 1583, fol. 110r).

Ejemplo 3:

Se podrá hazer con lagrimillas otro tiro acertado, cargando el arcabuz con la carga de lagrimillas, que es […] media carga de pólvora común y, sobre ella, requiriendo con la vaqueta un ensevadillo, de un palmo de largo y dos dedos de ancho, lleno de lagrimillas, por su orden, aviendo a cada renglera dado su buelta del ensevado o en la misma forma en un cohete hecho de papel. (García de Palacio, Diálogos militares, 1583, fol. 110v).