contrastar

Definición:

Ejemplo 1:

Y usarán d’ellos como de uñas para afferrarse y restrivar, si el plano fuere deslizadero, macizo, igual, constante, en ninguna parte hondo, y en ninguna parte levantado, y en ninguna parte costeado que impida; sin duda que el tal no tendrá peso que le contraste o rehúse obedecelle, sino sólo aquello que el mismo peso es muy amigo de estar quieto y, por consiguiente, perezosso y estantío. (Loçano, Alberto, Architectura, 1582, pág. 173).

Ejemplo 2:

Las grossezas de metal que en aquélla se consideran y de mí han sido demostradas son aquellas mismas que, por la mayor parte, en todas las fundiciones que oy están en reputación en el mundo, acerca de qualquier hombre plático se acostumbra de dar a las pieças de este género; [...] las quales grossezas, sin dubda alguna, son sufficientes a resistir y contrastar a la potencia de la pólvora con que la tal pieça se carga y con ellas no es ni demasiadamente pesada y fastidiosa de mover la pieça ni tanpoco peligrosa de rebentar en qualquiera facción de artillería. (Collado, Plática Artillería, 1592, fol. 18r).

Ejemplo 3:

Lo qual no sucede assí en el [movimiento] violento, porque aquí no es uno solo, sino dos los resistentes, uno del aire, como natural, y otro del peso de la bala, contra las quales opposiciones sólo la fuerza de la pólvora contrasta donde no tiene la ygualdad ni la razón de contrarios. (Lechuga, Discurso de la Artillería, 1611, pág. 159).

Definición:

Ejemplo 1:

Ccargada y asentada la pieça a su lugar, cuelgue al cascabel o delfín un par o dos de balas de la misma pieça o de otra mayor, o, lo que más me plaçe, tomando una cuña que sea algo larga, de las con que servíe en dar y quitar la caça al tiro. Ésta asiente muy apretada sobre la telera delantera y en manera tal que contraste con la misma pieça, que con esto estará remediado el ynconbiniente. (Ferrofino, Descrizión Artillería, 1599, fol. 73r).

Ejemplo 2:

El tiempo y fuerça de las aguas, que nunca paran de contrastar y combatir lo que delante sí tienen oppuesto, sin cessar un punto hasta que del todo se vehen con victoria. (Pseudo Juanelo Turriano, Veinte y un libros, ca. 1605, fol. 401r).

Ejemplo 3:

Aviendo de hazer fuerças, primero de vestirlas de ladrillo o piedra, las hagan de tierra sola, dejándolas seis años y más para que la tierra haga assiento y no derrive la muralla, como sucede por no mirar a esto, particularmente en los baluartes donde, siendo llenos, haziendo la tierra assiento, fuerza es que reviente por la parte más flaca, como minas; y que lo sea la del muro me lo concederán, mirando la gran quantidad de tierra que contrasta contra la poca de muro, y que se hincha apretándose vecina a la fábrica, que no puede resistir a tan gran potencia de tierra unida y junta, y que juntamente, apretándose, a de reventar como he dicho. (Lechuga, Discurso de la Artillería, 1611, pág. 243).