concordancia

Definición:

Ejemplo 1:

Entendido quál sea el primero número y quál segundo y quál tercero, ay necessidad de saber ciertas concordancias que se han de guardar en esta regla antes que se declare su operación: La primera es que el número primo y tercero han de ser de una specie, aunque no en quantidad ni en valor; quiero dezir que si el primero número es dineros, o tiempo, el tercero lo sea también. La segunda es que quando multiplicares el segundo número por el tercero, lo que viniere es del specie del segundo número, y no del tercero. La tercera es que el quarto número que buscamos en esta regla siempre es del specie de la moneda o cosa que fuere el segundo. (Pérez de Moya, Arithmética práctica, 1562, pág. 227-228).

Ejemplo 2:

Artículo segundo d’este capítulo primero. En que se ponen unas concordancias que se han de advertir en esta regla de tres: Ya que por algún modo ayas entendido, de los tres números que en la regla de 3 concurren, quál es primero, quál segundo y quál tercero, y esto por fin de saber quáles d’ellos son los que han de multiplicar y quál d’ellos es el que ha de partir, tienes necessidad de advertir ciertas concordancias, que, si no las guardas, errarás fácilmente y dirás disparates en lugar de respuesta. (Pérez de Moya, Manual de contadores, 1589, fol. 147r).

Ejemplo 3:

Artículo tercero. En que se ponen exemplos para entender estas concordancias: Si dixesse uno: si en dos meses gano cien reales, en 15 días, al mismo respeto, ¿qué ganaré? Si en esta demanda, sin considerar más, multiplicasses los 100 reales, que es el segundo número, por el 15, que es el tercero, montarán 1500, y por razón que el 100, que es el segundo número, son reales, estos 1500 que salen a la multiplicación serán reales, como dize la segunda concordancia. (Pérez de Moya, Manual de contadores, 1589, fol. 147v).

Definición:

Ejemplo 1:

Esto mesmo se ve en el oro y en la plata, que caldeándolos están blandos, y, aunque se enfrían estos dos, no reciben aquella crudeza que recibe el hierro, por tener más de aquellas substancias permanecientes el dicho oro y plata. Las quales substancias se concordan con el fuego, que es el que rarifica; y por la dicha concordancia quedan blandos y suaves. (Sanctiago, Arte separatoria, 1598, libro II, fol. 55v).

Ejemplo 2:

Dixeran algo si juntamente mostraran la contrariedad de calidades que para esta reacción era necessaria, entre el açogue, y la plata y demás metales, con quienes, antes, tiene concordancia, pues es principio de todos. (Alonso Barba, Arte de los metales, 1640, fol. 54r).

Ejemplo 3:

Qualquier metal se beneficia con qualquiera d'estos materiales, aunque por razón de la natural conveniencia y concordancia, es más a propósito el que más simboliza con la mezcla que el metal tiene. (Alonso Barba, Arte de los metales, 1640, fol. 46v).