Diccionario de la Ciencia y de la Técnica del Renacimiento
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Variantes: apurado.
( de apurar (DECH) ).

1. adj.

1ª datación del corpus: Falero, Tratado del espera, 1535.
Marca diatécnica: Fil. Nat.

Definición:

Limpio, purificado.

Ejemplo(s):

Ejemplo 1:

E la parte d’estas exalaciones que passa de la media región del ayre, porque d’ella arriba participan de la región del fuego, quanto más suben, más se van apurando e disponiendo para subir y suben hasta la región del fuego y, quando a ella allegan, van ya tan apuradas y secas, que haze el fuego en ellas la operación que vemos que acá el fuego haze en las cosas muy puras y secas, como muestra la esperiencia en estopas o pólvora, de lo qual se causan los relámpagos. (Falero, Tratado del espera, 1535, fol. 7r).

Ejemplo 2:

En la hendedura del suelo que está al descubierto, si amassares cenizas apuradas en cedacillo, principalmente con azeyte de linaza, y lo echares por cima, estancará. (Loçano, Alberto, Architectura, 1582, pág. 347).

Ejemplo 3:

Dos cosas suelen impedir la blandura y extención de los metales: o tener lo húmido gruesso no bien apurado, o tener mezcla balbuciente. (Pérez Vargas, De re metallica, 1568, fol. 22r).


2. adj.

1ª datación del corpus: Pérez Vargas, De re metallica, 1568.
Marca diatécnica: Metal.

Definición:

Dicho de un metal: reducido al estado de pureza.

Sinónimos(s):

depurado, purificado.

Ejemplo(s):

Ejemplo 1:

Ésta se dize ductibilidad, y es passión que en los metales se halla muy differente, porque el oro es el que mejor se labra; tras él la plata, luego el cobre apurado, luego el hierro; el último grado tiene el plomo y estaño. (Pérez Vargas, De re metallica, 1568, fol. 22r).

Ejemplo 2:

Antes el azero no es otra cosa sino un metal que se haze del hierro apurado y limpio artificiosamente, y por la fuerça del fuego cozido y digesto, y traýdo a perfecta mezcla y calidad. (Pérez Vargas, De re metallica, 1568, fol. 38r).

Ejemplo 3:

Y luego se eche en una rielera, y, elado, se eche en una cendra o cinericio y se le dé fuego manso hasta que el plomo todo se consuma y vaya en humo, y el oro quede apurado. (Pérez Vargas, De re metallica, 1568, fol. 67r).


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