accidental

Definición:

Antónimos(s):

Ejemplo 1:

Deves, ansimismo, lector, notar que los philósophos hazen en la región del ayre tres distinctiones o tres distinctas regiones. Una, suprema, la qual está conjunta a la región del fuego, y ésta es llamada Aestus, la qual es caliente y seca a causa de la propinqüidad suya con el elemento del fuego. Y la remoción actual de la humidad d’esta región es accidental, por lo qual adquiere la sequedad, aunque no en tanto grado quanto la tiene el fuego, y assí, esta región parece que es quasi participante de la natura del fuego. (Chaves, Sacrobosco, Sphera, 1545, fol. XIIr).

Ejemplo 2:

Todas las dichas causas vienen de ser inpedida la operación del calor, porque quando él obra sin contrarios llega todas las cosas a la perfición, según la especie en que obra. Y demuéstrase esto bien en los mismos cuerpos minerales, que por él son limpios de las substancias inperfectas, las quales inpidieron la dicha decogción. Avemos dicho esto para que se consideren los efectos y operaciones del calor, y de la diferencia que ay del natural a el accidental. Porque oy día, por no ser conocida esta diferencia, se hazen muchos errores, los quales se quitarán considerando lo que avemos dicho en este nuestro libro. (Sanctiago, Arte separatoria, 1598, fol. 78v).

Ejemplo 3:

Por esta causa, estos tres materiales molidos y bien mezclados, y puesto fuego en ellos, el tal fuego es inestinguible, que no se puede matar hasta que toda su sustançia se aya consumido, salvo si en alguno de los materiales hubiese alguna falta acçidental, o por umidad, o porque fuesen muy diferentes de su divida proporçión. (Roxas, Sumario milicia, 1607, fol. 97v).

Definición:

Antónimos(s):

Ejemplo 1:

Allí se vee cómo y quándo la mar crece y mengua y quándo crece poco y quándo mucho, quándo la creciente es natural y quándo acidental. (Medina, Regimiento de navegación, 1563, fol. 54v).

Ejemplo 2:

Y digo acidental quando con vientos grandes la creciente de la mar sube más de lo que naturalmente a de subir o crecer, como vemos muchas vezes que según la cuenta de la Luna la creciente ha de ser pequeña, mas la furia del viento haze levantar el agua y la haze subir por las costas la mar y entrar por los ríos, de tal manera que passa la cresciente mucho adelante de donde avía de llegar. (Medina, Regimiento de navegación, 1563, fol. 54v).