traza

Definición:

Ejemplo 1:

Traça, aunque puede significar más cosas, propiamente, en la sçiençia de Architectura, es toda cosa que consiste en çerramientos de arcos, pechinas, capialçados, caracoles, troneras y capillas. El principio de la traça es el punto, y d’éste proçeden en líneas, y de las líneas la hárea y superfiçie, y de las superfiçies los cuerpos do ban a parar todas las operaçiones. (Vandelvira, Traças de cortes, ca. 1591, fol. 3r).

Ejemplo 2:

Aunque mi yntento no era tratar en este libro más de sólo el arte de la traça, dexando aparte sus ornatos, todabía, porque tanbién es anexo a la traça saber la manera como se aplican las molduras en las capillas, abiéndose de açer artesonados, trataré de algunas capillas d’esta forma, por las quales s’entenderán todas las demás que se le ofrecieren al architecto. (Vandelvira, Traças de cortes, ca. 1591, fol. 111v).

Ejemplo 3:

Bien sé que muchos soldados me culparán por meter la mano en la materia de esquadrones, donde tantos y tan doctamente han escrito, mas como al ingeniero le conviene no ignorar alguna cosa d’ellos, pues su fábrica consta de traça y Geometría digerida con el Arismética, para lo qual pondré solamente dos exemplos. (Rojas, Teórica fortificación, 1598, fol. 101v).

Definición:

Sinónimos(s):

Ejemplo 1:

Porque en las traças que havemos de hazer entrevienen algunos términos de Geometría, como son: líneas, círculos, ángulos, triángulos, quadrángulos, etc. (Sagredo, Medidas Romano, 1526, pág. 13).

Ejemplo 2:

La Geometría favoresce mucho a la Architectura, y principalmente la Geometría demuestra el uso del compassar y traçar, por donde más fácilmente las descripciones y traças de los edificios se muestran en sus áreas. (Urrea, Vitruvio, Architectura, 1582, fol. 6r).

Ejemplo 3:

Luego repartirás d’esta línea abaxo las dos cerchas del crucero en las partes que quisieres, que son para las pechinas, como pareçen las señaladas con las E E, y sacarás las pechinas como pareçe en la traça. Sacarás luego las çerchas de la obal, para cada junta la suya, como pareçen las señaladas en la traça de la línea C de arriba, aunque primero traçarás la obal que toca en los arcos, adulçiéndola por la orden que se sacan los cruçeros, la qual despeçarás en las partes que quisieres. (Vandelvira, Traças de cortes, ca. 1591, fol. 121v).

Definición:

Ejemplo 1:

Entendido tenía que por las reglas dichas se sacarían las traças y differencias que deve aver en la forma de los navíos. (García de Palacio, Instrución náuthica, 1587, fol. 91r).

Ejemplo 2:

En aquel tiempo eran a propósito y muy útiles aquellos preceptos de capitanes y estilo de pelear y que aora se guerrea con notable diferencia, porque en nuestra edad se ha introduzido nueva costumbre y nuevas traças y suertes de armas (Mosquera, Comentario disciplina militar, 1596, fol. 7v).

Ejemplo 3:

Y otro mayor daño que nuestros naturales de Cantabria, que acudían a Terranova a la pesca del bacallao con sus naos y navíos, lo an dejado por ser el precio de la sal tan cara, aviendo redundado nuestro daño en tan grande utilidad y provecho de los yngleses y franceses, que acuden a esta pesca de Terranova y la traen a España, y venden en ella a excessivos precios, y sacan su procedido sin que se les pueda estorvar, por los modos y trazas que ellos saven. (Anónimo, Diálogo fábrica de navíos, ca. 1631, fol. 44r).

Definición:

Ejemplo 1:

Como considerase que munchos de los sabios arquitetos antigos que escribieron en el arte de Arquictectura y la esperimentaron en grandes edifiçios, que al presente ay fechos, no pusieron en plática los liniamientos de las traças de montea, y en nuestros tienpos no las alcançan a tener. (Martínez de Aranda, Zerramientos montea, ca. 1599, pág. I).

Ejemplo 2:

Y por arrimarme a la dotrina que Bitrubio nos enseña en el primero capítulo de su primero libro, donde diçe que el arquictecto, para ser perfeto, no a de careçer de los demás artes, siendo esto assí, como se a tenido perpetuo silencio en estas dichas traças de montea, si no me engaño, los grandes artífiçes antigos las an dexado para que los benideros tengan continuo exercicio en el traçar y contrahacerlas. (Martínez de Aranda, Zerramientos montea, ca. 1599, pág. I).