Diccionario de la Ciencia y de la Técnica del Renacimiento
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( tomado del lat. transmūtātĭo, ōnis (Lewis-Short) ).

1. sust. f.

1ª datación del corpus: Sanctiago, Arte separatoria, 1598.
Marca diatécnica: Dest.,Fil. Nat.

Definición:

Mutación, transformación de una cualidad, sustancia o cuerpo en otros.

Ejemplo(s):

Ejemplo 1:

Por lo qual se entienden bien las trasmutaciones de los elementos: que lo que es frío se convierte en húmedo y en ello haze lo caliente; y de lo caliente se trasmuta en lo seco; y assí van por su círculo transmutándose los unos en los otros. (Sanctiago, Arte separatoria, 1598, fol. 2v).

Ejemplo 2:

La medicina espirituosa haze efectos de mucha consideración, y porque conviene ser sabida, la demostraremos en la cosas naturales, y en los mismos elementos y en sus trasmutaciones que ellos hazen en las cosas que por ellos son engendradas, y assimismo por los movimientos que d’ellos proceden. (Sanctiago, Arte separatoria, 1598, fol. 6r).

Ejemplo 3:

Y estas mesmas trasmutaciones hazen todos los çumos que se sacan de las yervas, los quales, en deteniéndolos algún tiempo, hazen las mismas trasmutaciones. Lo qual se a dicho porque conviene ser esto entendido de las personas que usan d’ellas. Porque oy se acostumbra guardar los dichos çumos en las boticas para componer todo el año sus medicinas, los quales, en haziendo decogción, se les trasmuta sus primeras calidades en otras muy diferentes de lo que tienen en sus plantas. (Sanctiago, Arte separatoria, 1598, fol. 36v).


2. sust. f.

1ª datación del corpus: Pérez Vargas, De re metallica, 1568.
Marca diatécnica: Metal.

Definición:

Transformación de un metal en otro.

Ejemplo(s):

Ejemplo 1:

Vemos que lo digesto, por mezcla de indigesto, se enrarece y lo impuro, por mezcla de digestión y su virtud, se limpia y apura, y que las materias de los elementos se transmutan digiriéndose y se buelven unas en otras, [...] siéndoles los metales y sus materias semejantes, acontecerles a la mesma transmutación. (Pérez Vargas, De re metallica, 1568, fol. 18v).

Ejemplo 2:

Teofrasto Paracelso no acaba, después de muchas exageraciones, de ponderar las maravillas que en el açufre se encierran y dize que, por providencia particular de Dios, no son públicos sus misterios, y que es confusión de los que, teniéndose por filósofos, niegan la transmutación de los metales, pues con él se haze y enseña un modo de azeite que llama epatica sulfuris, con que la plata se convierte en oro (Alonso Barba, Arte de los metales, 1640, fol. 9v).

Ejemplo 3:

Es, después del oro, el más perfeto de los metales la plata y, simboliza con él tanto, que los que más contradizen el arte de sus transmutaciones no juzgan ésta por impossible, pues solamente le falta el color y peso para ser oro. (Alonso Barba, Arte de los metales, 1640, fol. 27v).

Información enciclopédica:

Como señala Esteva, los alquimistas griegos intentaron la transmutación de los metales de bajo precio en oro, pero se encontraron con diversas dificultades de tipo teórico, práctico, científico y técnico que imposibilitaron llevar a cabo los experimentos que buscaban. Más tarde, “la alquimia árabe se encontró en una cómoda posición gracias a la teoría de los cuatro elementos, pues ésta abría las puertas a la posibilidad real de la transmutación, que dejaba de ser un fenómeno enigmático, necesitado de una energía misteriosa, para convertirse en una medicina de los metales; el alquimista que dominase su arte sabría transmutar los metales y no habría en ello nada prodigioso. [...] A partir de ese enfoque, la alquimia adquiere una verosimilitud que justifica los numerosos textos escritos a la búsqueda de la transmutación mediante operaciones químicas que modificasen el grado de calor, frialdad, sequedad y humedad de los metales” (Esteva de Sagrera, Juan, 1991, La química sagrada. De la Alquimia a la Química en el siglo XVII, pág. 30).

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