trabuco

Definición:

Ejemplo 1:

Los trabucos y morteretes son pieças cortas y anchas de boca y con relexe en la cámara, […]. Son de mucho efeto para inquietar los enemigos y impedirles el sueño, y interromperles el orden y hazerles notable daño, arrojando balas huecas de bronze llenas de pólvora para que, en cayendo, rebienten y cada pedaço por sí haga estrago. (Álaba, Perfeto capitán, 1590, fol. 162r).

Ejemplo 2:

Los […] trabucos, sabiéndose el artillero bien servir de ellos, ponen con sus balas gran terror y espanto en los ánimos de los sitiados quando los asediadores se sirven de ellos, porque, allende de el general temor que pone en la gente toda el pensar si sobre su casa o habitación cayrá alguna bala y se la ahondará y echará encima, mucho más los offende y daña el tenerlos siempre en continua vela, lo qual es un gran trabajo de la gente sitiada y por esso estos trabucos siempre se han de tirar de noche. (Collado, Plática Artillería, 1592, fol. 37r).

Ejemplo 3:

Como fuimos buscando los dichos términos de menor a mayor para hallar su mayor longura, que es el tira más tira, hallado por la mayor elevación de los 45 grados, aunque subiéremos muy más alta la boca del trabuco con muy mucha más elevación, hasta llegar a la mayor altura orthogonal de nuestro senite, hallada a los noventa grados, quanto más subiéremos hazia el cielo y la bala subiere más alta y retamente al cielo, no será otra cosa que yr siempre buscando el más corto y cercano tiro que con el dicho trabuco o pieça se podrá hazer. (Ufano, Tratado de la Artillería, 1613, pág. 343-344).

Definición:

Ejemplo 1:

Se pone el palo hincado en tierra y el instrumento de manera que quede llano a la parte alta, y puestas las dos visuales firmes, que miran a la que se quisiere, para que muestren línea recta a la segunda posición, que a de ser a tener tantos pies, varas, brazos, trabucos o canas como se quisiere. (Lechuga, Discurso de la Artillería, 1611, pág. 271).

Ejemplo 2:

Se a de tomar un papel grande y, puesto encima una tabla, hazer a la parte baja d'él una línea recta, repartida en tantos pies, varas, brazos, trabucos o canas como se midieron de la primera posición a la segunda. (Lechuga, Discurso de la Artillería, 1611, pág. 272).