Diccionario de la Ciencia y de la Técnica del Renacimiento
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Variantes: templança, templanza.
( del lat. tempĕrantĭa 'templanza, moderación' (DRAE) ).

1. sust. f.

1ª datación del corpus: Falero, Tratado del espera, 1535.
Marca diatécnica: Geogr.

Definición:

Benignidad del aire o del clima que no ofrecen frío o calor excesivos.

Antónimos(s):

destemplanza.

Ejemplo(s):

Ejemplo 1:

Como los filósofos creyessen que esta zona en que abitamos fuesse abitable por razón de la más templanza de frío y calor que las otras tenía e no por otra razón, e viessen que hazía en ella tanto frío como vemos que haze apartándose el Sol d’ella e las dos que llamaron frígidas están muy más apartadas del Sol que la templada, ymaginavan hazer en ellas tanto frío en estremo que no se pudiesse en ellas criar ni conservar hombre. (Falero, Tratado del espera, 1535, fol. 18v).

Ejemplo 2:

Y otras dos están puestas entre éstas dos frías y la muy caliente, a las quales dio Dios una templança con la mixtión del calor del medio y con la frialdad de las dos extremas. (Chaves, Sacrobosco, Sphera, 1545, fol. LIIIv).

Ejemplo 3:

Y assí como parten la tierra, parece que parten también la qualidad y templança del aire y la fertilidad de la tierra, por lo qual, los montes y todo lo que ay desde los montes hazia el Poniente, hasta el mar de Sur, es tierra buena, fértil y rica y de la qualidad que se ha dicho, pero lo demás, hazia Levante y de allá los montes, es una cosa tanto contraria de aquesta otra que parece impossible. (Apiano, Cosmographía, 1575, fol. 79r).


2. sust. f.

1ª datación del corpus: Pérez Vargas, De re metallica, 1568.

Definición:

Disposición y combinación proporcionada de sustancias o cualidades.

Ejemplo(s):

Ejemplo 1:

Assí que la materia del oro no es otra, sino unas substancias elementadas con ygual quantidad y qualidad, entre sí proporcionadas, las quales, mezclándose con fuerças yguales, nasce una amigable y perfectísima mezcla. Las quales substancias, coziéndose, fermentándose y digiriéndose, se hazen fixas y permanentes, de tal manera que son quasi inseparables, no pudiendo ser divididas ni con fuerça alguna apartadas o últimamente, o por la virtud del cielo, o por discurso de tiempo, o por la orden y concierto de natura, o de todas estas cosas juntas, se convierten estas substancias en un cuerpo metálico llamado oro, el qual, por su mucha templança y perfectíssima unión y incorporación, se haze tan denso, espeso y junto, que no solamente tiene una permanencia común, como todas las otras cosas corporales, pero una manera que paresce incorruptibilidad, quedando libre de causa alguna superflua, en mucha ni en poca quantidad. (Pérez Vargas, De re metallica, 1568, fol. 28v- 29r).

Ejemplo 2:

Si fuere arena cavada de arenal, mezclaranse tres partes de arena con una de cal, y si fuere arena de río o de mar, mezclarse han dos partes de arena con una de cal, porque assí será justa la proporción de la mezcla, aunque sea arena de río o de mar. Y si alguno de tejas molidas y cernidas echare una tercia parte, que si ha de ser tres partes de arena, la una d’ellas sea de tejas molidas. Hará la templança de la materia muy mejor y más fuerte para el uso. (Urrea, Vitruvio, Architectura, 1582, fol. 24v).


3. sust. f.

1ª datación del corpus: Urrea, Vitruvio, Architectura, 1582.
Marca diatécnica: Pint.

Definición:

Disposición o combinación proporcionada de sustancias para que resulte un color determinado

Ejemplo(s):

Ejemplo 1:

De las templanças del color verde y negro. Las templanças del color verde y negro al principio se hallaron en Alexandría. Después, Vestorio instituyó hiziessen en pozos pequeños puzol. La razón como se halló, es de admirar. El arena de donde se haze este color es de flor de salitre, y muélese tan subtilmente, que se haze como harina. Y mezclada con gruessas limaduras, se esparze sobre el metal de cipro, para que se embuelva. Después se hazen unas pelotas, tratándolo con las manos, y assí se ha de coger para que se seque. Estas pelotas pónense juntas, secas, en un jarro de tierra, y pónese el jarro en un horno; assí, el metal y arena, hirviendo juntamente por la vehemencia del fuego, como se ayan secado entre sí, dando y recibiendo, salen sudores de sus propriedades, y, gastados ya de sus cosas por la vehemencia del fuego, redúzense en color verdinegro. (Urrea, Vitruvio, Architectura, 1582, fols. 99v- 100r).


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