Diccionario de la Ciencia y de la Técnica del Renacimiento
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Variantes: cocer, coçer, coser, cozer.
( del lat. vg. cocere, lat. cŏquĕre 'íd.' (DECH) ).

1. v. tr.

1ª datación del corpus: Pérez Vargas, De re metallica, 1568.
Marca diatécnica: Dest.,

Definición:

Someter algo a la acción del fuego en un líquido para que comunique a este ciertas propiedades (DLE).

Ejemplo(s):

Ejemplo 1:

Y por esto se deve echar en una redoma y cozer sobre el fuego, de la manera que se ha dicho, poniendo otra redoma donde se coja el agua que destila primero, y quitada aquélla, se ponga otra, donde se recojan las gotas que a la postre destilan, en començando el cobertor o alambique de la redoma a parescer colorado. común y ocho libras de lexía; y la olla donde se pusiere se cubra con almártaga, y cueza hasta que se consuma lo húmido y quede hecho sal. (Pérez Vargas, De re metallica, 1568, fol. 114v: ).

Ejemplo 2:

Verdad es que también en el cozimiento, para que sea bueno, es menester mirar mucho que se haga según arte, y que la agua sea proporcionada a la cosa que se cueze, y se cueza más o menos según su sustancia, y que no cuezan sin coberteras, en lo qual comúnmente se advierte menos y importa tanto que, en lugar de quedar la virtud en el cozimiento, se desvanece toda (Valles, Tratado aguas destiladas, 1592, fol. 16v).

Ejemplo 3:

Todos los çumos que se sacan de las yervas y de otras cosas, deteniéndolos algún tiempo con todas sus partes, cuezen, y por esta decogción vienen a perder sus primeras calidades. (Sanctiago, Arte separatoria, 1598, fol. 35v).


2. v. tr.

1ª datación del corpus: Pérez Vargas, De re metallica, 1568.

Definición:

Someter un material a la acción del calor en un horno para que pierda humedad y adquiera determinadas propiedades.

Ejemplo(s):

Ejemplo 1:

Tómese tierra que ni sea gruessa ni delgada, y amássese con agua y tundiduras de paño, ceniza de sarmientos o de nogal y con estiércol de cavallo, y bátase todo con una verga. Háganse panes y déxense secar; después se muelan y ciernan y se amassen con sal maestra, que arriba diximos, y se cuezan al fuego en un horno y se tornen a moler y cernir. (Pérez Vargas, De re metallica, 1568, fol. 156v).

Ejemplo 2:

Entre los vidrieros, unos labran en un horno, otros en tres. Los que labran en tres, en el primero cuezen los materiales, en el segundo recuezen el vidro, en el tercero se enfría la labor. (Pérez Vargas, De re metallica, 1568, fol. 206).

Ejemplo 3:

Dévese advertir y tener qüenta con las piedras, antes que se pongan en el horno, que las piedras grandes se deven hazer pedazos, y no se deven tanpoco hazer tan pequeños que ellos sean más pequeños que es la cabeza de un hombre, porque son muy más cómodos para tractarlos, para ponerlos en el horno, y son más fáciles a cozer. (Pseudo Juanelo Turriano, Veinte y un libros, ca. 1605, fol. 257v).


3. v. tr.

1ª datación del corpus: Pérez Vargas, De re metallica, .
Marca diatécnica: Metal.

Definición:

Someter un metal a la acción del calor en un horno con el fin de prepararlo para el beneficio.

Ejemplo(s):

Ejemplo 1:

Los fuelles no se han de poner en tovera, sino en la misma muralla del horno porque den menos ayre y estén acostados derechos al caño del horno; las bocas de los fuelles sean abiertas y anchas, porque no se queme el metal. El carbón con que se ha de cozer y fundir deve primero lavarse de la piedra y tierra. (Pérez Vargas, De re metallica, 1568, fol. 99v).

Ejemplo 2:

Assentada la cendra o cendras, se encienda el carbón y dexen cozer el metal [...]. Y quando el metal aya hirvido bien, se abra la puerta por un espacio porque exhale y labre la cendra; y quando se comiençe a enfriar el metal, se torne a cerrar y darle más fuego, echando de nuevo carbón, si fuere necessario. (Pérez Vargas, De re metallica, 1568, fol. 130v-131r).

Ejemplo 3:

Aunque [...] se podrá beneficiar en fondos de cobre toda suerte de metales, los que más breve y fácilmente rinden la ley que tienen son los que llaman pacos, las tacanas, plomos y plata blanca. [...] Las otras diferencias de negrillos [...] convendría quemarlos hasta que mudassen color y perdiessen el brillar, para cocerlos luego. (Alonso Barba, Arte de los metales, 1640, fol. 62r-v).


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