Diccionario de la Ciencia y de la Técnica del Renacimiento
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Variantes: caldear.
( de l. ant. adj. caldo ‘caliente’ (DECH) ).

1. v. tr.

1ª datación del corpus: Sanctiago, Arte separatoria, 1598.
Marca diatécnica: Metal.

Definición:

Hacer que algo que antes estaba frío aumente perceptiblemente de temperatura. (DLE).

Sinónimos(s):

dar una calda1.

Ejemplo(s):

Ejemplo 1:

Y esto mesmo se ve en el oro y en la plata, que caldeándolos están blandos, y aunque se enfrían estos dos no reciben aquella crudeza que recibe el hierro, por tener más de aquellas substancias permanecientes el dicho oro y plata. (Sanctiago, Arte separatoria, 1598, libro II, fol. 55v).

Ejemplo 2:

También se ve esta sulfureidad en las fraguas y fundiciones donde se a fundido o caldeado el cobre, que no se puede juntar el yerro con el azero. (Sanctiago, Arte separatoria, 1598, libro I, fol. 114v).

Ejemplo 3:

Enciéndase leña, y, sin cessar, irá añadiendo como se fuere quemando, de tal modo que, ni por ser demasiada se ahogue la llama en el buitrón, y no tenga lugar de arder libremente, ni por ser poca no dé el calor bastante para que el horno se caldee. (Alonso Barba, Arte de los metales, 1640, fol. 90v).


2. v. tr.

1ª datación del corpus: Pérez Vargas, De re metallica, 1568.
Marca diatécnica: Metal.

Definición:

Hacer ascua el hierro para labrarlo o para soldar un trozo con otro. (DLE).

Ejemplo(s):

Ejemplo 1:

Aquí se funda una vez o dos, hasta que quede el hierro de tal disposición, que sufra martillo. Y luego en una fragua se caldee y con los maços grandes de la rueda del agua se formen planchas o barras. (Pérez Vargas, De re metallica, 1568, fol. 102r-v ).

Ejemplo 2:

Suéldase el hierro con plata baxa, borraz y vidro molido, caldeando las partes que se han de pegar y derritiendo la suelda encima y dexándola resfriar. (Pérez Vargas, De re metallica, 1568, fol. 173v).

Ejemplo 3:

Acabada la fundición y frío el hierro, se saca afuera con unas levas o alçaprimas; sacúdese de la escoria que tiene; córtase con tajaderas en pedaços que, bueltos a caldear con un gran martillo que también trae el agua, los estienden y acomodan en vergajones o planchas. (Alonso Barba, Arte de los metales, 1640, fol. 96v).


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