iego García de Palacio nació en el seno de una familia de navegantes y cursó los estudios correspondientes a esta carrera. Se especializó en las áreas de China y Filipinas (papeles tocantes a las islas del Poniente) y se ignora por qué cambió de ocupación hacia las letras y las leyes, aunque sin abandonar sus anteriores intereses. Sirvió al Consejo de Indias y en 1572 fue nombrado fiscal de la Audiencia de Guatemala. A los dos meses de dicho nombramiento fue promovido a oidor de la Audiencia, sirviendo en este puesto hasta 1579. En 1580 asumió un nuevo cargo, el de alcalde del crimen en la Audiencia de México. En posesión del doctorado en Derecho Canónico, que le fue otorgado en 1580 por la Real y Pontificia Universidad de México, desempeñó el puesto de rector de dicha institución desde el 10 de diciembre de 1581 hasta el 10 de diciembre de 1582. Fue también consejero del Santo Oficio. Existe una ejecutoria real según la cual se suspende a García de Palacio de su oficio de oidor durante nueve años, sentenciándolo a pagar una gran suma de dinero por abuso de su oficio de juez y visitador, aceptación de soborno, utilización de amenazas, por maltratar a los indios y por favorecer al último de sus cinco hermanos, Lope de Palacio, asignándole 25 caballerías de tierra y derechos de agua para una prensa de azúcar (O’Gorman). Hay 72 cargos de faltas en el oficio, no todos aceptados por la visita, realizada bajo los auspicios del arzobispo Poya Contreras. Estos abusos ganan credibilidad cuando se lee en sus Diálogos militares que «las materias en las Indias son tan desfavorables que salvo para los que sirven en oficios reales o se dedican al comercio, las gentes no viven con el bienestar apropiado para usted». El castigo dejó a su viuda tan desvalida, que el 9 de mayo de 1596 ésta y el hijo del «doctor Palacio, condenado por la visita del arzobispo» intentaron obtener «alguna merced» o ayuda del Consejo de Indias. García de Palacio había muerto el año anterior.

Los dos libros impresos por los que es más conocido son los Diálogos militares de la formación e información de personas, instrumentos y cosas necessarias para el buen uso de la guerra (1583) y su Instrucción náutica para el buen uso y regimiento de las naos y su traça y govierno conforme a la altura de México (1587). Este último año, fue requerido para llevar sus teorías a la práctica, siendo nombrado por el virrey, Marqués de Villamanrique, Capitán General, al frente de un escuadrón para navegar desde Acapulco en persecución de Sir Francis Drake. Pero el pirata inglés había abandonado ya esta costa con su botín y el escuadrón nunca se hizo a la mar.

El Diálogo militar es una exposición del arte de la guerra en tierra, dispuesto en forma de una conversación entre dos soldados, un vizcaíno procedente de la guerra de Italia y un montañés que había participado en la conquista de América. Consta de cuatro libros, divididos en secuencias correspondientes a un día de conversación y subdivididos en cuestiones y respuestas. Para empezar, el autor insiste en que la causa del conflicto armado sea una «guerra justa». Sigue el corpus teórico adecuado para un capitán, matemáticas y astronomía, y el armamento necesario para un soldado. El segundo libro trata de la naturaleza y objetivos de la batalla. El tercero describe la fabricación de armas y pólvora, con ilustraciones de arcabuces y su uso. Describe con claridad el estado, entonces rudimentario, de las técnicas para obtener descargas sucesivas en un tiro, indicando que había tanto peligro detrás de un arma como frente a ella. Un capítulo justamente famoso es el relativo a la construcción y función de la artillería. Contiene dicho capítulo una detallada exposición de las piezas de campaña entonces en uso, el peso de la carga y el tamaño y peso de las balas de cañón para varias armas, todo ello con muchas ilustraciones. Las cinco últimas ilustraciones muestran cómo medir la distancia del impacto de cada carga y el instrumento necesario para tal medida. El libro cuarto discute el despliegue de las tropas y la jerarquía en el mando.

Otros documentos de García de Palacio son un informe sobre Yucatán, un ensayo sobre las Filipinas y una relación de los daños causados por Francis Drake en las costas del Perú. Ternaux-Campans publicó la primera versión de su descripción de Yucatán, famosa por ser el mejor informe acerca de la localidad maya de Copán, Santa Rosa de Copán en Honduras. Squier vertió este informe al inglés y la Colección de documentos inéditos lo publicó por primera vez en castellano.

La «Carta al Rey sobre la conquista y pacificación de las islas Filipinas» (1578) aboga por el gobierno de estas islas por el propio autor, sobre la base de que él podía terminar la conquista a sus expensas. Esta oferta, según parece, fue seriamente considerada por el Consejo de Indias, lo que implica que en esta época García de Palacio poseía créditos y fondos considerables. La «Carta al Rey», desde el Puerto de Realejo en Nicaragua, sobre la incursión de Drake, lleva la fecha de 30 de abril de 1579. (En J. M.ª López Piñero et alii, Diccionario histórico de la ciencia moderna en España, Barcelona, Ediciones 62, 1983, s. v. García de Palacio, Diego).

Ejemplares y otras ediciones

México, Pedro Ocharte, 1583: Madrid, Biblioteca Nacional, R/8574; Salamanca, Biblioteca Universitaria, 9442.

Ediciones modernas

Diego García de Palacio, Diálogos militares, Madrid, Ediciones Cultura Hispánica, 1944 (edición facsímil de la de México, Pedro Ocharte, 1583).

Diego García de Palacio, Diálogos militares, Madrid, Ministerio de Defensa, 2003.