Diccionario de la Ciencia y de la Técnica del Renacimiento
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Variantes: chapín.
( de una onomatopeya chap-, imitativa del ruido que hacía la que andaba en chapines (DECH) ).
Familia léxica: chapinero.

1. sust. m.

1ª datación del corpus: Acosta, Historia natural, 1590.

Definición:

Calzado propio de mujeres, sin talón y con suela de corcho, de cuatro dedos o más de alto para levantar el cuerpo del suelo.

Ejemplo(s):

Ejemplo 1:

Fueron locuras de aquellos tiempos éstas. Y las de los nuestros no son muy menores, pues hemos visto no sólo los sombreros y trenas, mas los botines y chapines de mugeres de por aý, quajados todos de labores de perlas. (Acosta, Historia natural, 1590, pág. 235.).

Información enciclopédica:

Calzado de las mujeres, con tres o cuatro corchos; y algunas hay que llevan trece por docena [...]. Cuentan una patraña, que por evitar que las mujeres no anduviesen mucho, les persuadieron usasen los chapines, con que parecerían grandes y dispuestas, tanto como los hombres, e hiciéronselos de palo y muy pesados. ellas se aprovecharon de la invención, pero los hicieron huecos; y al cabo dieron en hacérselos de corcho, con que aliviaron la pesadumbre y no perdieron por eso el andar lo mismo que antes con gallardía y señorío; y añadiendo a esto copetes, sobrepujaron la estatura del hombre [...]. (Covarrubias: s. v. chapín). Según el moralista y teólogo Trujillo, los chapines: “Son provechosos principalmente por dos causas: la una que sirven de ellos como de cojines y asientos, convenientes, por ser cálidos, a sus complexiones que son frías; la otra, que por ser de tanto embarazo hacen tener más quietud a muchas de la que tuvieran si zapatos tan solamente calzaran” (Fray Tomás Trujillo, Libro llamado de reprobación de trajes y abuso de juramentos [...], 1563, apud Bernis Madrazo, “La moda en la España de Felipe II a través del retrato de corte”, en el catálogo de la exposición Alonso Sánchez Coello y el retrato en la corte de Felipe II, 1990, 98). “Los chapines no eran un calzado fácil de llevar. En comedias y novelas se repite el lance de la dama a la que se le tuerce el chapín, y ello es muchas veces pretexto para echarse en brazos de su galán” (Bernis Madrazo, Ibidem, 98).

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