Diccionario de la Ciencia y de la Técnica del Renacimiento
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Variantes: reflexo.
( tomado del lat. reflexŭs, -a, -um 'vuelto hacia atrás' (Lewis-Short) ).

1. adj.

1ª datación del corpus: Chaves, Sacrobosco, Sphera, 1545.
Marca diatécnica: Ópt.

Definición:

Que experimenta reflexión formando ángulo.

Ejemplo(s):

Ejemplo 1:

Allí los rayos son más propinquos y, por consiguiente, causan gran calor, porque la virtud de ambos rayos, del que hiere y del reflexo, hieren una misma parte del ayre, y de aquí procede que donde el rayo del Sol, hiriendo en la Tierra, hiziere ángulo recto, allí avrá mayor calor. (Chaves, Sacrobosco, Sphera, 1545, fol. XIIv).

Ejemplo 2:

¿Cómo los montes, quanto más altos son, más quaja en ellos la nieve y más fríos son? Esto es notorio, porque en los lugares donde se ajuntan más los dos radios, el uno directo y el otro reflexo, mayor calor hay; y en las partes de los montes que mayor reflexión hay y más de lleno hiere el Sol, menos dura la nieve. (Muñoz, Libro nuevo cometa, 1573, fol. 16v).

Ejemplo 3:

Pónganse las mesmas cosas y cayga agora fuera de G el rayo visual BH, reflexo del menor espejo, y corte el rayo visual BL el mayor espejo en el puncto L, y seguirse ha que el rayo visual BLC, reflexo desde el puncto L, no concurrirá con GD, según está manifiesto. (Ondériz, Euclides, Perspectiva y especularia, 1584-85, fol. 55v).



Véase radio ~.


Véase rayo ~.
Variantes: reflexo.
( tomado del lat. rĕflexŭs, -ūs 'retroceso' (Lewis-Short) ).

1. sust. m.

1ª datación del corpus: Daça de Valdés, Uso de los antojos, 1623.
Marca diatécnica: Ópt.

Definición:

Luz que retrocede o vuelve, hiriendo en algún cuerpo opaco. (Autoridades).

Ejemplo(s):

Ejemplo 1:

Tomad un libro y poneos en una parte escura, con que enfrente de vos aya una vela encendida y, por apartada que esté la luz, en tocando a lo cóncavo de los antojos, veréys con su reflexo la letra de el libro tan clara que la podáys leer. (Daça de Valdés, Uso de los antojos, 1623, fol. 96v).

Ejemplo 2:

Si os llegáys más cerca al espejo cóncavo, veréys vuestro rostro como de un gigante y, puesta de noche una lumbre junto a él, despide y arroja de sí tanta luz, que podréys leer una carta a cien passos. Y no es menos de notar si lo ponéys al Sol, pues quema un madero en el concurso de su reflexo. (Daça de Valdés, Uso de los antojos, 1623, fol. 99r).


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