Diccionario de la Ciencia y de la Técnica del Renacimiento
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Variantes: cetiar, sitiar.
( del b. lat. situare (DECH) ).
Familia léxica: asitiar, desitiar, sitiado, sitiador, sitio.

1. v. tr.

1ª datación del corpus: García de Palacio, Diálogos militares, 1583.
Marca diatécnica: Mil.

Definición:

Rodear una plaza o fortaleza para apoderarse de ella y rendir a los que están dentro

Ejemplo(s):

Ejemplo 1:

Deve, ante todas cosas, el que sitiare qualquier castillo o ciudad, offrescer la paz al enemigo, con los partidos que justamente convinieren al negocio y causa de su príncipe, para que, aceptándole la occasión de discordia, se acabe sin los daños y ruynas que el proseguir un cerco trae consigo, y la salud del pueblo sitiado quede salva y segura. (García de Palacio, Diálogos militares, 1583, fol. 84v).

Ejemplo 2:

Y no teniendo agua de pie, se harán cisternas para la llovediza, y generalmente tendrá todos los aproges de guerra dichos, de los quales tendrá una lista por escrito el castellano, de forma que no le falte pieça de su arnés el día que cargare el enemigo, porque se remedia mal lo que faltasse el día que el enemigo huviesse sitiado la tal plaça. (Rojas, Teórica fortificación, 1598, fols. 78v-79r).

Ejemplo 3:

La bondad o calidades que tiene, Señor, la fuerça puesta a la marina son todas las que tienen las que están en llano y, más, que le es impossible al enemigo sitiarla de manera que no sea socorrida de todo lo necessario, assí de gente de guerra como de municiones y vituallas, porque, para sitiarla por parte de la mar, ha menester el enemigo muy grande armada, superior a la que el príncipe, cuya es la fuerça, pueda tener. (González de Medina, Examen fortificación, 1599, pág. 12).

Información enciclopédica:

Sanz (1749): Es hacer el sitio de una plaza y campear un ejército alrededor de ella para impedir la entrada, a fin de tomarla por hambre o por fuerza. Presentemente las plazas que se sitian, la mayor parte se toman, a menos que no sean socorridas. Antes de emprender un sitio se debe saber y conocer perfectamente la fuerza de la plaza, el país que la circuye y la ventaja que se puede conseguir de su conquista. Un príncipe que forma el proyecto de un sitio lo debe ejecutar con el menor número de tropas que sea posible, a fin de tener su idea oculta; pero no puede dejar de comunicarla al ministro, en cuyo departamento se encuentra la plaza, al ingeniero general, que debe conducir el sitio y puede mejor juzgar la facilidad o imposibilidad de la empresa, al director general, porque está encargado de los preparativos necesarios, al intendente, al comandante de la artillería, al comisario general de víveres, para que las municiones de guerra y artillería, como todo lo correspondiente a víveres, se pueda aprontar con tiempo [...].

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