Diccionario de la Ciencia y de la Técnica del Renacimiento
<< Volver

Variantes: paralaxe, parallaxe.
( del lat. parallaxis, y este del gr. παράλλαξις (TLL) ).
Familia léxica: paralaciaco, paraláctico, paralaxis.

1. sust. f. u. t. c. m.

1ª datación del corpus: Muñoz, Libro nuevo cometa, 1573.
Marca diatécnica: Astr.

Definición:

Distancia entre el lugar verdadero y el aparente de un cuerpo celeste.

Ejemplo(s):

Ejemplo 1:

Esta doctrina de las parallaxes es tan importante y tan ingeniosa que por ella se hallará quánto dista de la Tierra a la Luna, Mercurio y Venus, y se sabrá evidentemente qualquier cosa que apparece sobre la Tierra quán lexos está d’ella. (Muñoz, Libro nuevo cometa, 1573, fol. 11r).

Ejemplo 2:

Declaración breve de los paralaxes y reprovación de algunos philósophos antiguos y modernos, con una regla para ver y conocer el planeta de Mercurio, que quieren algunos que sea cometa. (Micón, Diario grande cometa, 1578, pág. VII).

Ejemplo 3:

Y para que ninguno se enfade con el vocablo peregrino de la lengua española que es parallaxe, que quiere dezir no otra cosa sino ‘engaño o yerro’, es menester entiendan en dos palabras que con esta sciencia parallaciaca se puede razonablemente atinar, no sólo quánto diste el cometa de la tierra, pero quán lexos estén los cielos d’ella y quán grandes sean los cuerpos de los planetas, como lo pueden experimentar admirablemente los que en ella fueren mediocremente instruidos, assí como por este exemplo se podrá colegir su posibilidad. (Micón, Diario grande cometa, 1578, pág. 38).

Información enciclopédica:

Térm. de astronomía, es el arco del firmamento contenido entre el lugar verdadero de un astro y el lugar aparente. […] Esp. t. 9. Hay paralaje de longitud y de latitud (Terreros: s. v. paralaje o paralaxis). [S]e creía que la tiera no se movía, por la poderosa razón de que, si lo hiciera, habría que notarse algún paralaje estelar. Sin embargo, la geometría interna de las constelaciones permanece rígida. Nunca se ve que las estrellas de la Osa se adelanten unas a otras, como ocurriría si se las observase primero desde un ángulo y luego, desde otro. […] Este argumento constituía un obstáculo formidable contra todos los sistemas no geocéntricos. […] [E]l paralelaje [sic] estelar no fue observado hasta 1838 por Friedrich Wilhelm Bessel (1784-1846). Los astrónomos del año 400 a.C. trabajaban a simple vista y ni siquiera podían discernir que Alpha Centauri y 61 Cygni son estrellas dobles; cuánto menos iban a detectar en ellas (como hizo Bessel) un paralaje relativo a constelaciones más distantes" (Hanson, Norwood Russell [1985]: Constelaciones y conjeturas [1973], compilación de Willard C. Humphreys, Jr., versión española de Carlos Solís. Madrid: Alianza, 57-58). Nunca se observa un paralaje estelar. Este hecho de observación, que confundió durante milenios a los heliocentristas (hasta Bradley y Bessel), demuestra ser continuamente el mayor apoyo empírico en favor de la formulación geostática de Ptolomeo. No se sacó la espina de este importante argumento geostático hasta el descubrimiento de Bradley de la aberración estelar (en 1729), según la cual se observa que las estrellas fijas tienen posiciones angulares ligeramente distintas, según en qué dirección se mueva la tierra por su órbita a través de sus rayos; o hasta el descubrimiento de Bessel (en los años 1838-39) de un paralaje observable en aquellas mismas estrellas fijas (ibidem: 145).

<< Volver