Diccionario de la Ciencia y de la Técnica del Renacimiento
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Variantes: marinero.
( de marino (DECH) ).

1. adj.

1ª datación del corpus: García de Palacio, Instrución náuthica, 1587.
Marca diatécnica: Mar.

Definición:

Dicho de una embarcación: que posee las características necesarias para navegar con facilidad y seguridad en todas circunstancias. (DRAE 2001).

Ejemplo(s):

Ejemplo 1:

Que según nuestra medida vendrá a ser 46 codos, aunque es algo menos de quilla y lançante, pero yo siempre lo querría algo menor, para que la nao quedasse más marinera y la xarcia y árbol más seguro. (García de Palacio, Instrución náuthica, 1587, fol. 94v).

Ejemplo 2:

A menester más delgados para poder governar, pudiendo assí sustentar las dos tercias partes de la manga, de puntal y medio codo más, con lo qual quedará muy buena marinera, cómmoda para el abrigo del aparejo y munición. (Cano, Arte para fabricar naos, 1611, fol. 40v).


2. sust. m.

1ª datación del corpus: Fernández de Enciso, Suma de Geographía, 1530.
Marca diatécnica: Mar.

Definición:

El que profesa o entiende el arte de la marinería y sus maniobras. (Diccionario Marítimo Español).

Ejemplo(s):

Ejemplo 1:

Los marineros cuentan lo que andan por esta línea del Este e Oeste por días e noches, e por las ampolletas contando lo que anda la nao cada día e cada noche, según que el viento les haze más o menos, midiéndolo por las horas del ampolleta. (Fernández de Enciso, Suma de Geographía, 1530, fol. XXIIr).

Ejemplo 2:

Los primeros marineros, sin tener piloto que los llevase, ni aguja que los encaminase, ni carta de marear por donde se rijesen, se atrevían a entrar por mares incógnitos, no teniendo experiencia de los vientos, ni sabiendo los puertos. (Cortés de Albacar, Breve compendio sphera, 1556, fol. VIIr).

Ejemplo 3:

Los pilotos y marineros, por rudos y poco doctos que son, con solo saber tomar el altura con el astrolabio que lleban y la declinaçión calculada por grados y minutos, saben hazer bien sus consideraçiones, agnadiendo la declinaçión que el Sol tiene aquel día al altura que toman. (Santa Cruz, Libro de las longitúdines, ca. 1567, pág. 108).


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