Diccionario de la Ciencia y de la Técnica del Renacimiento
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Variantes: loba, lova.
( probablemente del gr. λώπη ‘manto de piel’ (DECH) ).

1. sust. f.

1ª datación del corpus: Celso, Reportorio universal leyes Castilla, 1553.
Marca diatécnica: Sastr.

Definición:

Sobretodo vueludo, despegado del cuerpo, talar y sin capilla, bien completamente cerrado, bien con dos aberturas laterales para sacar los brazos, llamadas maneras.

Ejemplo(s):

Ejemplo 1:

Empero, por los susodichos, e por las personas reales e por sus hijos, los hombres traygan luto de lobas cerradas por los lados, con haldas e capirotes, todo de paño tondido. (Celso, Reportorio universal leyes Castilla, 1553, fol. CCIVr.).

Ejemplo 2:

Empero, deve haver differencia en traer el tal luto; porque, por los grandes, y por los perlados, e por personas de título y otras semejantes, los hombres traen lobas cerradas por lado, sin falda y capirotes, todos de paño tundido. (Celso, Reportorio universal leyes Castilla, 1553, fol. CCIVr.).

Ejemplo 3:

Y por las otras personas traygan lobas largas con maneras abiertas por los lados, que no alleguen más de hasta el suelo, y traygan sayos e capirotes de paño tundido. (Celso, Reportorio universal leyes Castilla, 1553, fol. CCIVr.).

Información enciclopédica:

Cierto género de vestidura talar que hoy usan los eclesiásticos y estudiantes, la cual empieza por un alzacuello que ciñe el pescuezo y ensanchándose después hasta lo último de Los hombros, cae perpendicularmente hasta los pies. Tiene una abertura por delante y dos a los lados para sacar los brazos (Autoridades: s. v. loba). La loba no sólo era hábito de hombres de letras y eclesiásticos. Efectivamente los letrados y eclesiásticos mostraron preferencia por esta prenda austera, pero también la usaban nobles, caballeros, mozos de espuelas, niños y mujeres [...]. Los hombres usaban la loba para vestir de duelo, pues reunía todas las condiciones que se exigían en los trajes de luto; éstos tenían que ser largos, cerrados y vueludos, pues se trataba de encubrir lo más posible a las personas que los llevaban (Bernis Madrazo, Trajes y modas en la España de los Reyes Católicos. Los hombres, 1979, 100-101).

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