lavadura

Definición:

Ejemplo 1:

Pero si la piedra fuere blanda que queremos ensayar, no ay necessidad de tostalla, sino molella y lavalla y enxugalla, y en la lavadura se va la tierra y piedra y queda en lo fondo el metal, el qual, después de enxuto, se ha de ensayar y fundir. (Pérez Vargas, De re metallica, 1568, fol. 61v).

Ejemplo 2:

Las quales dos aguas de la lavadura del oro, assí cogidas, la primera es buena para lavar el oro y para mezclar con las cosas de que se haze el agua fuerte; la segunda es buena para conoscer el oro su bondad y fineza. (Pérez Vargas, De re metallica, 1568, fol. 114v).

Ejemplo 3:

La lama sutil se sale con el agua, que por un caño ancho entra por lo alto en la dicha lavadura de la piedra continuamente y sale por otro. (Alonso Barba, Arte de los metales, 1640, fol. 72r).

Definición:

Ejemplo 1:

Devemos tomar la mina por peso y tostalla en el fuego por espacio de seys horas a fuego rezio; y, en estando fría, molella y lavalla, y tornar a quemar en un crisol o en otra cosa la lavadura del metal, lo que queda en el assiento del vaso en que se lavó; y molello segunda vez, y lavallo y enxugallo para ver quánta parte del metal o mineral se ha consumido en el lavar y fuego. (Pérez Vargas, De re metallica, 1568, fol. 71r).

Ejemplo 2:

Luego, se junte todo lo que la piedra ymán ha cogido de las lavaduras del metal y, mezclado con salitre, se funda y junte en un crisol, y se pese y vea quánta es la riqueza de la mina. (Pérez Vargas, De re metallica, 1568, fol. 74v).

Ejemplo 3:

Y la vena se funde con fuego manso de fuelles: si es vena, con carbón y leña; si lavaduras del metal, con sólo carbón. (Pérez Vargas, De re metallica, 1568, fol. 106v-107r).

Definición:

Ejemplo 1:

Y si la ola corriendo no entrare al vallado en derecho ni través, sino a soslayo, apremiará y deshará, según el soslayo y anchura del río, ambas a dos orillas, no menos a ésta donde se recibe que la otra adonde rebatiere. La dobladura tiene algo de la natura del atravessado, por lo qual suffrirá las mismas offensiones que son dañosas a las cosas atravessadas. Y juntamente se vendrá a caer con las continuas lavaduras, las quales, tanto serán más fuertes y más molestas, quanto allí los remolinos rebulleren, por hablar assí, más veloces y turbios, porque el remolimiento de las aguas y el remolino es una cierta barrena del río, a la qual ninguna dureza puede mucho tiempo resistir. (Loçano, Alberto, Architectura, 1582, pág. 329).