herir

Definición:

Ejemplo 1:

Para las meter, déveslas herir con un gruesso troço que desciende por entre dos vigas, mediante sus canales bien ensevadas. (Sagredo, Medidas Romano, 1526, pág. 73).

Ejemplo 2:

Sobre los quales dibuxos, assí abiertos en la plancha, se pone una hoja de plata o de oro y una plancha de estaño encima, y con un martillo se hiere el plomo y rempuja el plomo la plata. (Pérez Vargas, De re metallica, 1568, fol. 151r).

Ejemplo 3:

Este monte a d’estar antes de la pared, que la yere la mar para la demostración del effecto que haze la agua en el herir. (Pseudo Juanelo Turriano, Veinte y un libros, ca. 1605, fol. 395v).

Definición:

Ejemplo 1:

Quando las ondas hirieren con rezios golpes en la playa estando la mar sosegada, significa tormenta en la mar. (Medina, Arte de navegar, 1545, fol. 110v).

Ejemplo 2:

Las moyanas estas, assimismo, son pieças de el primero género y que de poco tiempo acá están en uso [...] Hiziéronse para traer en las galeras y naves de armada. Son de muy gran provecho. Son más cortas de cañón que no los sacres y esto porque al tiempo que la pieça dispara no vaya con su retirada a herir en el árbol de la nave o galera ni alcançe a la cruxía. (Collado, Plática Artillería, 1592, fol. 27r).

Ejemplo 3:

De modo que la saetía S hiere en la álaba T, y da en el medio d’ella, por donde la agua no puede saltar para arriva. (Pseudo Juanelo Turriano, Veinte y un libros, ca. 1605, fol. 306v).

Definición:

Ejemplo 1:

Y, assí, la bala, que en su herir ha de passar por más largo espacio, no hallando resistencia, de nescessidad ha de hazer mayor effecto en la cosa resistente. (García de Palacio, Diálogos militares, 1583, fol. 127r).

Ejemplo 2:

El fuego, como elemento potentíssimo que es y muy activo y, por el mismo caso, enemigo de estar recluso en lugar estrecho, hallándose oprimido del peso de la bala, que es quien le impide el tránsito y la salida, entonces, más muestra su poder y con mayor vehemencia se esfuerça de expeler la bala que lo calcava y oprimía, y quanto él más demuestra su potencia, tanto más alto hiere la bala. (Collado, Plática Artillería, 1592, fol. 52r).

Ejemplo 3:

También es bueno, porque las valas no hieren tan línea recta y hazen menos daño, a lo menos, a los primeros tiros. (González de Medina, Examen fortificación, 1599, pág. 23).

Definición:

Ejemplo 1:

E como los rayos del Sol hieren en la tierra que está en medio impiden que no passe la claridad del Sol a la Luna. (Fernández de Enciso, Suma de Geographía, 1530, fol. VIIr).

Ejemplo 2:

Porque los rayos del Sol que hieren en la Tierra, en partes hieren de directo, y como la pelota, que, en rebatiéndola en el suelo, luego salta para arriba, assí los tales rayos directamente como hirieron, buelven luego para arriba. (Chaves, Sacrobosco, Sphera, 1545, fol. XIIv).

Ejemplo 3:

En ellas no se les puede penetrar la calor del sol, en essas aguas que caminan por caños, porque es cosa çierta que ellas se van asubtilando las aguas que les yere el sol. (Pseudo Juanelo Turriano, Veinte y un libros, ca. 1605, fol. 190v).

Definición:

Ejemplo 1:

Y luego, a la mano derecha de la línea perpendicular o de la esquadría, porque entiendas, echarás los plomos que hieren en la línea que ba desde la C a la D y ban a dar al rincón. (Vandelvira, Traças de cortes, ca. 1591, fol. 15r).

Ejemplo 2:

No se entienda que la agua ha de caer, de alto abaxo, a peso, como que cae de una torre abaxo, a perpendículo; antes, es mi intención eso, porque más sería querer calar para tierra el rodete, que no quererle hazer andar a la redonda. De modo que conviene que se aga la demostración de estas differencias d’estas líneas. La agua que sale de la saetía es A, y va a herir en el rodete B, y hyere en la álaba C; la qual agua viene tan llana que, de necessidad, conviene que ella toque primero en el canto del rodete, E, antes que yera en la álaba C. Y de aquí se ve manifiestamente que la opinión de muchos hombres d’este exercisio de hazer molinos, que es una opinión fuera de toda razón de buena Geometría y aun contra toda opinión de Philosophía. (Pseudo Juanelo Turriano, Veinte y un libros, ca. 1605, fol. 305v).

Ejemplo 3:

La razón es manifiesta, porque el impulso que la pólvora dio a la bala en toda la línea recta va con la misma fuerça que en las demás elevaciones, siendo en una misma distancia, y la pieça que está equidistante al orizonte hiere en ángulos rectos al muro que está perpendicular al orizonte, y la que está levantada al orizonte hiere al muro en ángulo obliquo, que en castellano se dize al soslayo. (García de Céspedes, Instrumentos nuevos, 1606, fol. 53r).

Definición:

Ejemplo 1:

Las líneas visuales que se embían del ojo para comprehender qualquiera de las dichas pieças no son yguales, ca mayor es la línea que hiere en la parte alta. (Sagredo, Medidas Romano, 1526, pág. 69).

Ejemplo 2:

Sea la cosa que ha de verse A, y el ojo sea B, y descrívase, como en la precedente, una figura poligonia equilátera y equiángula ABCDE, y pónganse los espejos en los punctos C, D, E, que es donde los rayos visuales hieren. (Ondériz, Euclides, Perspectiva y especularia, 1584-85, fol. 51v).

Ejemplo 3:

Lo que en breve puedo dezir es que, de tres modos que ay de ver, nace la refracción y reflexión. El primero es el que se haze por líneas rectas y éste es el más eficaz, por herir más derechamente los rayos visuales en la cosa visible. (Daça de Valdés, Uso de los antojos , 1623, fol. 98r).

Definición:

Ejemplo 1:

Para mejor fundar este conpendio, me paresió dalle prinçipio tratando primero del modo que se a de tener para sacar qualesquier cartabones, para con ellos herir qualesquier armaduras. (López de Arenas, Reglas de la carpintería, 1619, fol. 1v).

Ejemplo 2:

Es cosa tan acostunbrada herir una casa en doze tamaños, que ya casi tienen por cosa inpusible se pueda herir en más o en menos. (López de Arenas, Reglas de la carpintería, 1619, fol. 2v).

Ejemplo 3:

Pues, para herir un armadura en catorze tamaños, y aviendo de armalla al de sinco, has la mitad de la casa siete tamaños, y con el uno has una canbija. (López de Arenas, Reglas de la carpintería, 1619, fol. 2v).