cóncavo

Definición:

Sinónimos(s):

Antónimos(s):

Ejemplo 1:

Todo cuerpo perfectamente redondo y que sea sólido llaman los geómetras sphera, [...]. Esta sphera es en dos maneras: una es sólida, que propriamente se llama sphera, otra es cóncava, que propriamente se llama orbe. (Chaves, Sacrobosco, Sphera, 1545, fol. VIIv-VIIIr).

Ejemplo 2:

Orbe se dirá una figura sólida, cercada, ansí de la parte de fuera como de la de dentro, de dos superficies redondas y orbiculares; y la de más adentro se llama cóncava; la otra de más afuera convexa. (Girava, Fineo, Geometría práctica, 1553, pág. 26).

Ejemplo 3:

Las cosas que, no estando en una mesma distancia, las últimas no son paralelas a las últimas, ni las de en medio a las de en medio ni tampoco están en una línea recta, harán toda una figura, ora cóncava, ora convexa. (Ondériz, Euclides, Perspectiva y especularia, 1584-85, fol. 39r).

Definición:

Sinónimos(s):

Antónimos(s):

Ejemplo 1:

Alfragano en su libro De aggregationibus stellarum, el qual scrive, en la differencia veynte y una, que ay dende la Tierra hasta el cóncavo de la Luna treynta y tres vezes y media y una vigéssima parte el semidiámetro de la Tierra. (Chaves, Sacrobosco, Sphera, 1545, fol. XXXVIIv).

Ejemplo 2:

La natura se ha de suerte que el lugar que está como seno y semejante a cóncavo, aquel tal parece estar aparejado como un vaso para tener agua. (Loçano, Alberto, Architectura, 1582, pág. 310).

Ejemplo 3:

A: arcos sobre que se funda el suelo del horno; B: puerta por donde se da fuego; C: puerta por donde se sacan las cenizas; D: sabalera; E: dos paredes con ventanas por donde se comunique el fuego a ambas partes; F: suelo del horno; G: cóncabos debaxo de cada caldera, con agujeros en medio por donde, si se rompiere, cayga el açogue abaxo;vazía para que las influencias del cielo, que son calidades corporales, vengan y discurran por los cuerpos elementales hasta la tierra. (Alonso Barba, Arte de los metales, 1640, 64r).

Definición:

Sinónimos(s):

Ejemplo 1:

Haziendo una regla con un quilindro de un palmo de largo y que tenga de ancho lo que fuere el diámetro de la pelota que arroja la pieça, […] y que entre justo en lo más hondo de el fogón; y si rebolviéndole alrededor, assentado en él, tocare igualmente las orillas de la boca, estará el hueco o cóncavo derecho y, si no, torcido del verdadero camino que avía de seguir. (Álaba, Perfeto capitán, 1590, fol. 156v).