Diccionario de la Ciencia y de la Técnica del Renacimiento
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Variantes: atraer, atraher, attraer.
( tomado del lat. attrahĕre (DRAE) ).

1. v. tr.

1ª datación del corpus: Medina, Arte de navegar, 1545.
Marca diatécnica: Dest.,Fís.,Metal.

Definición:

Dicho de un cuerpo: acercar y retener en virtud de sus propiedades físicas a otro externo a sí mismo, o absorberlo dentro de sí. (DRAE 2001).

Ejemplo(s):

Ejemplo 1:

Lo que de la piedra ymán y del hierro yo hallo escripto es que, dize Plinio en el libro treynta y seys de la Historia natural, y también lo trae sanct Ysidro en el XVI de las Ethimologías, que la piedra ymán, por una oculta virtud o propiedad específica que tiene, atrae a sí el hierro. D’esto el Avicena, en el De viribus cordis, capítulo X, pregunta qué es la causa por que la piedra ymán atrae el hierro; a lo qual responde que no se puede dezir otra cosa sino porque tiene una natural virtud de lo atraer. Y dize que algunos tuvieron que lo atraýa por calor o por frialdad o por semejança que ambos tengan en naturaleza o por otras razones, todo lo qual dize que es falso, porque no lo atrae sino con sola propiedad. (Medina, Arte de navegar, 1545, fol. 83r).

Ejemplo 2:

Estos tales sujetan a qualquier aceyte que con ellos se echa, y son untuosos y pueden ser nombrados por excelencia quinta essencia, porque no tienen calidá corporal, sino espiritual; y de todas las cosas que en ellos son ynfundidas les atraen y tiran a sí sus calidades sin perturbarlas, ni alterarlas de su naturaleza, porque ellos se acomodan y concordan con las calidades que le ynfunden. (Sanctiago, Arte separatoria, 1598, fol. 25v).

Ejemplo 3:

Apartar el oro de la sal con que está mezclada, en la manera que se sigue: la massa amarilla de oro y sal que en el assiento queda, se muele, estando bien seca, sobre una piedra sutilíssimamente; pónense en un vaso de vidro aquestos polvos; échase sobre ella agua de la vida, tan bien retificada que no tenga humedad alguna, en cantidad que sobrepuje dos dedos a los polvos, y en muy breve rato atrae a sí todo el oro esta quinta essencia, tomando su color amarillo y dexando la sal blanca, sin mezclarse en ningún modo con ella. Pónese en vaso aparte aquesta agua y échese otra una o dos vezes sobre sal, hasta que quede como la nieve blanca y el agua no reciba color alguno. Queda austera al gusto esta quinta essencia con oro, por los espíritus de la caparrosa de que se hizo el agua fuerte que con él atraxo. Es sugeto muy a propósito para operaciones chímicas que con cuidado no escrivo. (Alonso Barba, Arte de los metales, 1640, pág. 54).


2. v. tr.

1ª datación del corpus: Pseudo Juanelo Turriano, Veinte y un libros, ca. 1605.
Marca diatécnica: Mec.

Definición:

Acarrear, transportar.

Ejemplo(s):

Ejemplo 1:

De modo que esta materia de canal muele menos que ningún otro género de molino, aunque al parecer de muchos hombres se creen que con esta manera de canal o bomba, que muele mucho más que ninguno. Es verdad que esta canal atrae a sí mucha más agua que ninguna otra manera de canal. (Pseudo Juanelo Turriano, Veinte y un libros, ca. 1605, fol. 294v).

Ejemplo 2:

El molino que llaman de carreo, el qual molino es invención muy differente de todo otro género de molino, por razón que tiene balsa y contrabalsa, que muy pocos molinos se hallarán d’esta hechura. Llámase de carreo por causa que atrae a sí mucha agua y, por tanto, es llamado d’este nombre, que acarrea a sí mucha agua, y por esto es invención muy nueva de molino y arto differente de los otros, el qual creo que no se alle en toda España. (Pseudo Juanelo Turriano, Veinte y un libros, ca. 1605, fol. 312v).

Ejemplo 3:

Conviene que todas aquellas puntas estén muy bien guarneçidas de lañas de hierro, y que en la punta haya una punta de hierro, para que, en baxando, se cale dentro del lodo o çieno. No ha de jugar en sí. Donde tiene los números 1, 2, 3, 4, aý ha de estar muy firme. Y, por tanto, aquellas alguaças o frontizas han de desçendir hasta los cabos de las puntas como triángulos, para que tengan fuerça para atraher el lodo. (Pseudo Juanelo Turriano, Veinte y un libros, ca. 1605, fol. 365v).


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